De antemano sabemos que el proceso electoral para elegir nuevo gobernador en el estado de Coahuila será complicado; ganar esta entidad representa para AMLO la última joya de su corona.
Pero también todo parece indicar que habrá sorpresas, según las señales que envía de forma desesperada el subsecretario de seguridad Ricardo Mejía Berdeja.
Mediante sus redes sociales ha dejado claro que persistirá en buscar la candidatura; incluso se rumora que pudiera haber un arreglo con el partido Verde Ecologista o con Movimiento Ciudadano.
Evidentemente una acción de este tipo sería la ruptura total con el presidente de México, pero más allá de los arreglos y negociaciones que puedan darse entre los políticos de alto copete, lo que a nosotros nos interesa es otra cosa.
De concretarse, claramente Mejía tiene un interés absolutamente personal por obtener el poder, es incapaz de respetar acuerdos y es un pésimo perdedor.
Pero, desde que este hombre inició su super anticipada precampaña tiene algo que me desagrada bastante, y es la manera en la que utiliza a su mujer para movilizar seguidores.
Marlene de Mejía es sexualizada para captar votantes y generar polémica en Facebook, Tik Tok e Instagram;un hombre que ocupa exponer a su esposa para un fin personal jamás podría generarme confianza.
