Internacional

A 5 años del 1-O, un independentismo fracturado

Barcelona, Cataluña. – (Agencias) Han pasado cinco años desde que los catalanes votaron el Primero de Octubre, y, desde entonces, el país ha cambiado. Está enfadado y se siente engañado. No puede ser de otra forma, de tantas cosas que han pasado. Donde había instituciones determinadas a hacer avanzar el proceso de independencia, ahora existe una desunión abierta y agria entre los diferentes actores independentistas. 

De las movilizaciones multitudinarias que impresionaban al mundo por la magnitud, se ha pasado a otras que si impresionan es porque superan las expectativas y hacen decir “mira chico, tan mal no estamos”. De la ilusión, al enfado. De protestar contra el gobierno español, a protestar contra el gobierno de la Generalitat.

Carme Forcadell

Carme Forcadell abrió el acto del 5º. Aniversario del Primero de Octubre del Consejo de la República, y desde antes de empezar sabía que al multitud que llenaba el Paseo de Lluis Companys en Barcelona no sería un público fácil.

Cuando los presentadores del acto, Sergi Mateu y Núria Cadenes, han recordado a los exiliados, el nombre de Marta Rovira ha sido recibido con silbidos, y con Forcadell no ha sido diferente. Ha intentado mantener el discurso, pero con la cara lo decía todo. “Gracias por estar siempre. Siempre que le hemos pedido salir a la calle, ha estado.” Silbidos. «Me hace especial ilusión y me hace contenta compartir el acto con el presidente Puigdemont, que quisiéramos que estuviera aquí.» Silbidos. «Estamos aquí para recordar, conmemorar y celebrar nuestra victoria.» Silbatos.

Durante casi diez minutos, Forcadell ha tratado de mantener el guión previsto, pero el abucheo le ha afectado y ha llegado a un punto que ignorarlo era imposible: “Es verdad que muchos de vosotros estáis enfadados, decepcionados, desilusionados, y lo comprendo y lo comparto. Después del 2017, que lo tuvimos tan cerca, yo también me siento. Pero estoy contenta porque veo que no está desmovilizado. Que sois luchadores que nunca se cansan, que nunca desfallecen hasta conseguir el objetivo. Adelante, hasta la victoria final”.

Forcadell, que había sido invitada por su papel al frente del parlamento que aprobó la ley del referéndum y por ser quien leyó la declaración de independencia el 27 de octubre de hace 5 años, ha sido abucheada contundentemente. Pero no fue la única. 

También ha recibido silbidos Jordi Gaseni, presidente de la AMI, cuando ha pedido al gobierno de la Generalitat que se mantenga unido; Xavier Antich, presidente de Òmnium Cultural, cuando ha dicho que hay que dejar atrás los reproches y que los diferentes puntos de vista del independentismo conversen; Mònica Roca y Sergi Perelló, presidenta de la Cámara de Comercio y secretario general de la Intersindical, y Maties Serracant, ex-alcalde de Sabadell, cuando el público consideraba que hacía demasiado rato que hablaban; o incluso algunos de los cantantes que han actuado entre los parlamentos, que no es lo que los asistentes habían venido a ver. M

Pero cunado se presentó al 130º. presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, para cerrar el acto, una gran ovación lo recibió cuando apareció en pantalla en una transmisión desde Bélgica, y el silencia que había faltado durante el acto, lo acompaño mientras hablaba.

Carles Puigdemont

Puigdemont no sólo era el presidente que guio al gobierno hasta el referéndum por la independencia, sino que dice lo que quieren sentir quienes no cejan en no pasar la página.  

“Que abandonen toda esperanza todos los que, desde Madrid como desde nuestra casa, nos dicen que debemos dejarlo correr. Avisamos a todos los ilusos enterradores de que su duelo se da por despedido”, ha dicho, y el público lo ha celebrado con aplausos, así como cuando ha reivindicado que la mesa de diálogo a la que hay que encadenarse es la que sirva para debatir entre ERC, Junts, la CUP, Òmnium y el ANC.

“Lo que todos pedimos hoy es que nos mantengamos conjurados a acercar el horizonte a pesar de los cantos de sirena o los cantos de derrota. Que nos preparamos para reanudar la marcha allí donde la dejamos. Hoy sabemos que el estado no renunciará nunca a la violencia, si es necesario extrema, para mantener a Catalunya a su lado, pero también sabemos derrotarlos, porque la fórmula de la victoria la tenemos clara”, continuó.

Sin explicitarlo, ha conectado con los gritos contra los partidos y el gobierno de la Generalitat que más de una vez han interrumpido los participantes del acto, y les ha recordado que son legítimos. Que la crítica política es legítima y que el deber como ciudadanos es ser exigentes con los gobernantes.

“Que todo el mundo tenga claro que los votos que permiten gobernar las instituciones vienen de ese desbordamiento democrático, y, por tanto, es normal y comprensible dirigirnos a quienes tienen la responsabilidad para que se pongan a realizar el trabajo que tienen desde hace cinco años.” 

Para conseguirlo, ha reivindicado el trabajo del Consejo de la República: «Es un reto que el Consejo se propone encabezar por si alguien se despista y después de haber cogido nuestro voto no lo volvemos a ver más».