Edimburgo, Escocia. – (Agencias) Escocia ha hecho historia. Se ha convertido en el primer país del mundo en donde la mujer tiene el derecho a acceder a productos básicos para el periodo menstrual de manera gratuita y, a partir del pasado lunes que entró en vigor, el acceso gratuito a las toallas femeninas y otros productos es ley.
En noviembre de 2020, la Ley de los Productos de la Menstruación fue aprobada por unanimidad de todos los partidos representados en el Parlamento de Escocia, cuyo aplicación refuerza el derecho que ya existía en los colegios y universidades y lo amplía a espacios públicos.
Inicialmente el gobierno del Partido Nacional de Escocia (SNP), a pesar de apoyar a través de sus legisladores la Ley, mostró preocupación por la implementación del derecho, pero la campaña de la diputada laborista Monica Lennon, promotora de la ley, y los grupos de apoyo que luchan contra la pobreza menstrual, en referencia a la falta de recursos para acceder a los productos sanitarios básicos, a permitido su implementación. Escocia pone a los demás países presión para que adopten medidas similares.
Sin embargo, hasta los propios activistas que demandaban la gratuidad de los productos reconocierons, esto es un reto notable. Desde el pasado lunes, la disponibilidad gratuita de los productos menstruales deberá ser garantizada por las autoridades de gobierno locales, así como, por los funcionarios escolares. Sin embargo, esta situación no es tan nueva en Escocia. Ya desde el 2017, el país ha invertido 32 millones de euros (unos 33 millones de dólares) para ofrecer productos menstruales gratuitos en espacios públicos.
Para la diputada Monica Lennon, esto no hubiera sido posible sin la implicación de las autoridades municipales y las organizaciones no gubernamentales relacionadas con la materia. La diputada ha reivindicado el papel histórico de la ley como “otro gran hito que demuestra la diferencia que pueden producir decisiones políticas valientes y progresivas”.
La entrada en vigor de la ley coincide con una grave inflación en Gran Bretaña y por ende el aumento del costo de la vida, que conforme se aproxima el invierno se prevé una temporada complicada, donde los ciudadanos tendrán que renunciar a ciertos productos para hacer frente a la presión inflacionaria.
Para quienes han luchado por la gratuidad, los productos para la menstruación deberían ser tan accesibles y ubicables como el papel higiénico en los baños públicos. De acuerdo con una encuesta publicada por Hey Girls, antes de la pandemia, una empresa sin fines de lucro que lucha contra la pobreza menstrual, una de cada cuatro escocesas sufrió en algún momento dificultades económicas para obtener tampones, toallas femeninas y otros productos para el periodo menstrual.
También, recogieron los datos de la proliferación de mujeres que tiene que decidir entre el producto menstrual o, por ejemplo, dar leche a su bebé. Otras optan por alternativas caseras, como rellenar calcetines con papel o pan. El propio gobierno escoces reconoció que facilitar el acceso gratuito “es fundamental para la igualdad y la dignidad” sobre todo ante las “difíciles decisiones” que impondrá la escalada de precios.
Las medidas que ya existían, como el acceso sin costo en los colegios y universidades, ahora cuentan con protección legal, por lo que el gran reto ahora es que llegue a quien lo necesita, por eso el ejecutivo escoces introdujo cambios mientras se discutía la ley, que resultarían clave para la aprobación final.
El gobierno estableció una partida de aproximadamente 7 millones de dólares para ayudar a las instituciones educativas a financiar los productos menstruales, así como reforzar la distribución en los hogares de menores recursos, una tarea realizada por las organizaciones como FareShare. Así mismo, entregó cuatro cinco millones más a las autoridades locales de manera de ampliar la distribución en espacios públicos, y medio millón más a clubes deportivos.
