Madrid, España. – (Agencia) Tras el fracaso del PSOE en Andalucía, se veían venir los cambios dentro del partido, y vino por el lado de Adriana Lastra, quien presentó su renuncia como vicesecretaria general del partido a Pedro Sánchez, en su carácter de secretario general de la formación política.
Lastra alegó motivos personales y de salud para salir, en un momento en que Sánchez se encontraba meditando los cambios en la cúpula del PSOE, molesto a su vez con el “fuego amigo” de Ferraz, en referencia a la sede del partido, donde la tensión entre Lastra y Santos Cerdán, secretario de Organización, preocupaba al partido. La partida de Lastra le permite a Sánchez remodelar a la cúpula socialista.
A través de su escrito de renuncia, Lastra explica que en los últimos meses “se ha producido cambios importantes en mi vida personal que me exigen tranquilidad y reposo y que, en las dos últimas semanas, me han obligado a tomar una baja laboral que se va a prolongar aún un tiempo”. La dirigente socialista se encuentra con un embarazo de alto riesgo, es su primer hijo y ella tiene 43 años. Y, añadió, que «ante la dificultad de compaginar las exigencias de reposo y cuidados, imprescindibles en mi situación actual, con la intensidad que exige la dirección del Partido, he presentado mi dimisión como Vicesecretaría General».
Ferraz, sede del partido, puso focos rojos tras la fuerte derrota en Andalucía. Como señalaron en el partido, hubo personas que se sintieron “señaladas”. Y, tras el reclamo de Pedro Sánchez sobre lo pobre que había sido la comunicación de los logros del partido, se desató el fuego amigo cuando algunos dieron por sentado que los cambios en el partido comenzarían por los portavoces.
Sin embargo, el secretario general del partido y presidente de España no había tomado una decisión, dejando al partido en “tensión”, como lo reconocieron algunos dirigentes. Pero si tenía decidido terminar con las pugnas internas. Se daba por hecho los cambios en la dirección nacional. De acuerdo con los tiempos, este lunes 18 tocaría reunión del Ejecutivo Nacional, sin embargo, no se había convocado, Parecía que Sánchez quería retrasar los cambios.
Pero Lastra se adelantó con una dimisión argumentada en una “baja laboral que se va a prolongar por algún tiempo”, lo que le abre camino a Sánchez para iniciar los cambios tan esperados en el partido.
De acuerdo con algunos asistentes a la última reunión del Ejecutivo Nacional del partido, Sánchez mostró su enojo por “este fuego amigo”, y advirtió: “Dejaos de tonterías”. Sánchez ha dejado claro que, si no le gusta el “ruido” en el seno de la coalición de gobierno, menos en el seno de su partido. Sin embargo, para nadie paso desapercibido la pugna que había entre Lastra y Cerdán.
El puesto número 2 del partido estaba más bien vacío. Además, Lastra dejó de ser la vocera del PSOE en el Congreso tras el nombramiento por parte de Pedro Sánchez de Héctor Gómez, mientras Cerdán toma el control organizativo del partido.
La crítica de Sánchez a la que llamó la “falla” de comunicación de los logros del gobierno recayó directamente en Lastra. Sánchez había dado a Lastra la Coordinación estratégica de los grupos parlamentarios en el Congreso, el Senado y el Parlamento Europeo y la política de comunicación. Está última área fue precisamente a la que se refirió la crítica de Sánchez.
Según las fuentes socialistas referidas por el diario El Mundo, hay problemas de engranaje entre Ferraz y los grupos parlamentarios y también entre Ferraz y La Moncloa. También de falta de peso político dentro del partido y la ausencia de “escuderos” para ejercer de parapeto a Sánchez. Por eso esperaban que Sánchez moviera ficha para tratar de activar al PSOE en modo electoral.
Lastra siempre ha estado al lado de Sánchez. Fue uno de sus principales apoyos para reconquistar la secretaría general del PSOE, y una de las personas claves para armar las mayorías que han sustentado a Sánchez. Sin embargo, la crítica última estaba puesta en el duro discurso la noche de las elecciones en Andalucía, sin felicitar a Juanma Moreno, candidato del Partido Popular, quien fue el contundente ganador.
