Washington, D.C. – (Agencias) Este invierno, el virus sincitial respiratorio o RSV, que afecta a los niños, el Covid y la gripe están saturando los hospitales en la Unión Americana, orillando a establecer prioridades en las urgencias. Como el caso de Christina Anderson, quien tuvo que llevar a su madre, diagnosticada de cáncer en los ovarios, por un dolor en el pecho al hospital, por lo que pensó que esperaría un corto tiempo para que fuera atendida, tuvo que esperar 9 horas.
“Cuando entramos por primera vez, estaba lleno y no se parecía a nada que haya visto”, dijo Anderson. “Vi gente acostada en las sillas; algunos que había estado allí durante horas antes de que llegáramos se desplomaron ahí mismo, y algunos incluso se frustraron y se fueron porque no podían esperar más”.
Según The Washington Post, la historia de Anderson no es un episodio aislado. Los pacientes de todo el país se enfrentan a experiencias similares. Los hospitales están agobiados. El sistema de atención médicas se encuentra sobrecargado por la combinación de un enjambre de enfermedades respiratorias con escasez de personal y cierres de hogares de ancianos provocando un estado de angustia.
“Esto no es solo un problema. Esta es una crisis”, dijo Anne Klibanski, presidenta y directora ejecutiva de Mass General Brigham en Boston. “Estamos atendiendo pacientes en los pasillos de nuestros departamentos de emergencia. Hay una gran crisis de capacidad, y cada vez es más imposible atender a los pacientes correctamente y brindar la mejor atención que todos debemos brindar”.
Klibanski dijo que, junto con la escasez de camas su sistema hospitalario tiene muy poco personal. El ambiente acelerado que induce a la ansiedad en una sala de emergencias es un elemento disuasivo para muchos trabajadores de la salud. “Muchas personas no quieren trabajar en hospitales”, dijo Klibanski. “Hay otros entornos [menos estresantes] donde pueden trabajar”. De acuerdo con Klibanski, la escasez de personal no solo es de médicos y enfermeras, sino también incluye técnicos, terapeutas respiratorios y otros trabajos difíciles de cubrir.
De acuerdo con la Asociación Médica Estadounidense, más de medio millón de personal de los sectores de atención médica y servicios sociales renunciaron a sus puesto en septiembre, evidencia, en parte, del agotamiento asociado con la pandemia de coronavirus; y 1 de cada 5 médicos planea dejar el campo dentro de dos años.
Para Thomas Balcezak, director médico del Yale New Haven Health Hospital, la escasez ha golpeado el sistema de atención como un tsunami. Dijo que los médicos, las enfermeras y el personal de apoyo han experimentado un cambio en la forma en que el público los trata en comparación con 2020.
“Cuando el covid golpeó por primera vez, habría todos estos desfiles más allá de nuestro hospital donde la gente llamaba héroes a los trabajadores de la salud”, dijo Balcezak. “Ahora, estamos viendo enfermeras que se presentan en uniformes médicos que intentan inscribirse en departamentos de crédito que son rechazados porque [las empresas administradoras] no quieren que estén personas que trabajan en el cuidado de la salud”.
Desde el comienzo de la pandemia, los trabajadores de la salud han experimentado una violencia cada vez mayor, de acuerdo con Christopher S. Kang, presidente del Colegio Estadounidense de Médicos de Emergencia. La Asociación Estadounidense de Hospitales , informó que el 44% de las enfermeras informaron violencia física y el 68% dijo haber experimentado abuso verbal desde que comenzó la pandemia.
Dos trabajadores de la salud fueron asesinados a tiros en el Centro Médico Metodista de Dallas el pasado mes de octubre. Diferentes grupos, como la Asociación de Enfermeras de Texas, dicen que los hospitales siguen estando entre los lugares más peligrosos para trabajar. “He visto a enfermeras y médicos ser víctimas de violencia tanto física como verbal”, dijo Kang. “No debería ser una sorpresa cuando dejan un campo donde ya no son respetados”.
Y la carga de trabajo es agotador. Kang fue testigo de cómo los médicos tienen que evaluar a los pacientes en las salas de espera de las unidades de emergencia. Los pacientes que deben ser admitidos, a veces tienen que esperar en las salas de emergencias debido a la falta de personal de enfermería para trasladarlos a los pisos de hospitalización. “Es desafortunado porque es una situación incómoda en términos de privacidad y percepción”, dijo Kang.
