Árabes y judíos se enfrentan violentamente en las calles de Israel

Tel Aviv, Israel. – (Agencias) De las protestas a los enfrentamientos entre turbas de árabes e israelíes en las ciudades judías, han dado paso a las preocupantes advertencias de los lideres israelíes de que el conflicto pudiera desembocar en una “guerra civil”.

De acuerdo con The Washington Post, el primer ministro Benjamín Netanyahu describió las escenas de los incendios provocados y la violencia como «anarquía» y pidió el fin de los «linchamientos».

Netanyahu ha amenazado con usar al ejército israelí en la ciudad de Lod, una ciudad árabe-judía, después de visitarla. Dijo que la violencia estaba motivada por “alborotadores nacionalistas”. Los militares llamaron a 7,000 reservistas y cancelaron los permisos para todas las unidades de combate.

Junto a las escenas conocidas de bombardeos judíos a Gaza, que ya han producido la muerte de un centenar de palestinos, incluyendo la muerte de al menos 25 niños, ciudadanos judíos y árabes se enfrentan en la peor violencia en décadas en las ciudades israelíes,

Coches lapidados, oficinas y lugares de culto quemados, y turbas asaltando a la gente en sus vehículos y golpeándolas hasta casi matarlas.

El presidente israelí Reuven Rivlin y varios líderes judíos, evocaron el espectro de una guerra civil, algo que alguna vez fue impensable.

Sin embargo, los lideres palestinos ha dicho que hablar de una guerra civil es un distractor de lo que realmente es la causa de los disturbios: la brutalidad policial contra los manifestantes palestinos y actos de provocación de grupos de colonos judíos de derecha.

«La policía disparó a un manifestante árabe en Lod», dijo Ahmed Tibi, el líder del partido Ta’al y miembro del Parlamento de Israel, refiriéndose a la ciudad árabe-judía mixta en Israel, donde ocurrieron algunos de los peores enfrentamientos. «No queremos derramamiento de sangre. Queremos protestar”.

Según el WashIngton Post, en un suburbio costero al sur de Tel Aviv, decenas de extremistas judíos se turnaron para golpear y patear a un hombre que se presume era árabe, incluso cuando yacía inmóvil en el suelo.

Al norte, en otra ciudad costera, una turba árabe golpeó a un hombre que pensaban que era judío con palos y piedras, dejándolo en estado crítico. Cerca de allí, una turba árabe casi apuñala hasta la muerte a un hombre que se cree que es judío.

Tamer Nafar, un rapero palestino considerado uno de los símbolos de Lod, lamentó la terrible ruptura dentro de la comunidad.

«Tal vez veamos la palabra convivencia de manera diferente», dijo. «Pero hasta ahora sólo hay un lado, el lado judío”.

La incursión de las fuerzas de seguridad israelíes en la mezquita de al-Aqsa pudo haber sido la chispa de la actual ronda de hostilidades, pero el combustible fue años de ira de la minoría árabe de Israel, que representa alrededor del 20 por ciento de la población.

Tienen plena ciudadanía, pero los defensores de los derechos humanos dicen que son víctimas de docenas de regulaciones discriminatorias.

«La forma en que nos tratan es como si no debiéramos estar aquí», dijo Diana Buttu, analista política palestina de Haifa, una ciudad en el norte de Israel.