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Arde campo de desplazados yazidíes, a 7 años del genocidio del EI

Las familias gritaban y corrían. Los hijos agarraron las posesiones que pudieron salvar y se unieron al éxodo

Bagdad, Irak. – (Agencias) A cenizas quedaron reducidas las casas de campaña que servían de refugio a 1,400 personas de la minoría yazidí de Irak, después de que un incendio el viernes arrasara el campamento de desplazados, sobrevivientes del genocidio perpetrado por el Estado Islámico.

De acuerdo con testigos, el fuego arrasó las tiendas de campañas a una velocidad aterradora en el campamento de Sharya, al norte de Irak, en la región semiautónoma kurda.

Las posesiones que algunas familias había logrado salvar del ataque de las milicias de ISIS las perdieron en el incendio. Otros perdieron el dinero que habían podido ahorrar.

Al caer la noche, de acuerdo con testimonios se escuchaban los sollozos entre las cenizas, mientras las familias buscaban en los escombros cualquier cosa que pudieran salvar.

El portavoz del ministerio de Migración y Desplazamiento de Irak, Karwan Atroushi, dijo a los medios locales que el fuego había destruido a casi 400 tiendas de campaña y a 1,400 personas. Se desconoce las causa del incendio.

Durante mucho tiempo los yazidíes ha sido perseguidos por sus creencias. Existen menos de un millón de Yazidíes en el mundo.

El Estado Islámico (EI) lanzó una campaña contra el pueblo yazidí, que la Organización de Naciones Unidas la declaró genocida.

En un solo día de agosto de 2014, los milicianos del EI secuestraron a miles de yazidíes, masacrando a los hombres y obligando a las mujeres a la esclavitud sexual.

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El genocidio obligó a la diáspora del monte Sinjar. Cientos de miles abandonaros sus hogares. Según Naciones Unidas, unos 200,000 yazidíes siguen desplazados en campamentos en ruinas, a solo unas horas en coche de las ciudades que abandonaron.

Los desplazados han declarado que, a ocho meses del acuerdo del gobierno para ayudar al regreso a sus hogares, se sienten inseguros de hacerlo ya que las autoridades no han abordado las preocupaciones políticas, económicas y de seguridad que los ha mantenido alejados siete años.

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A medida que la ayuda internacional se agota, el desempleo vinculado con la crisis de la pandemia ha agudizado la pobreza dentro del campamento. Los organismos humanitarios han descrito una crisis de salud mental entre los refugiados.  

Residentes dijeron que el fuego comenzó rápido. “Nosotros ya habíamos perdido la casa. La tienda era lo único que me quedaba”, dijo Khalil Dawound, de 41 años, residente del campamento.

Describió una lucha frenética cuando la bola de fuego envolvió los toldos del campamento. Las familias gritaban y corrían. Los hijos agarraron las posesiones que pudieron salvar y se unieron al éxodo.

Another fire breaks out in the Sharya camp

«Observamos desde lejos como el fuego devoró nuestra tienda», dijo Dawoud. «Mientras corría, todo lo que podía pensar era en el día en que corrimos cuando llegó el Estado Islámico».

Maya Hussein, una psicóloga apoyada por la Fundación Yazidí Libre, dijo que los temores de un incendio de este tipo habían mantenido despiertos por las noches a sus pacientes.

El campamento de desplazados era muy estrecho. No existían medidas de seguridad. El cableado eléctrico estaba en malas condiciones. La estación de bomberos más cercana está a una hora en carro.

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La agencia de la ONU dijo que estaba trabajando con las autoridades iraquíes para determinar las necesidades y las formas de proporcionar ayuda a las familias afectadas.

La ministra de Desplazados de Irak se presentó en el campamento, solo para distribuir fotos de sus tranquilizados residentes, seguros de que la ayuda del gobierno llegará.

Sin embargo, Dawound se mostró desconfiado sobre lo que seguiría después de que se fuera, los residentes dijeron que no querían más tiendas de campaña, que pudieran arder después.

Nearly 1,400 Yazidis homeless due to the Sharya camp fire incident

«Para el gobierno siempre fuimos los que no importamos», dijo Dawoud, mientras buscaba con su familia un lugar para dormir esa noche. «El sufrimiento de los yazidíes nunca terminará».