Islamabad, Pakistán. – (Agencias) Ella era una estrella en las redes sociales de Pakistán, además de ser una conocida celebridad y modelo, antes de ser asesinada por ‘honor’ a manos de su propio hermano, Waseem Azeem, en 2016. Su caso llenó las primeras páginas de los diarios en el mundo, de acuerdo con The Washington Post.
En 2019, Azeem fue condenado a cadena perpetua, pero este lunes, un tribunal dictaminó que podía ser liberado después de que sus padres le otorgaran el perdón, produciéndose un indulto legal de acuerdo con la Ley Islámica.
“El tribunal de apelación ha absuelto al acusado en el caso sobre la base de un acuerdo familiar y la falta de pruebas”, dijo Sardar Mehboob, abogado de Azeem, a The Washington Post el martes. “No queda nada en el caso. El condenado será liberado pronto de la prisión”, agregó su abogado, y señaló que la orden judicial aún no se ha hecho pública.
En 2016, Azeem fue arrestado después de que confesara haber matado a su hermana Baloch, de 26 años, por publicar “imágenes vergonzantes” en las redes sociales. “estaba decidido a suicidarme o matarla”, dijo en ese momento. “No tengo excusas”.
En la ley islámica, también llamada ley sharia, la familia de una víctima de asesinato pueden perdonar al asesino. En este caso, de acuerdo con Associated Press (AP), los hermanos presionaron a los padres para que lo liberaran y su madre celebro la decisión del tribunal.
“Estoy feliz por la absolución de mi hijo, pero todavía estamos tristes por la pérdida de nuestra hija”, dijo. “Estoy agradecido con el tribunal, que ordenó la liberación de mi hijo a petición nuestra”.
Fauzia Azeem, mejor conocida como Qandeel Baloch, llamó la atención del público por primera vez cunado se presento en el programa de televisión “Pakistan Idol”, una replica al programa estadounidense “American Idol”. No superó la primera etapa, pero su video viral en Facebook de su reacción a la decisión la hizo popular.
Ella aprovechó ese momento de popularidad para atraer a seguidores a su cuenta de Instagram, Facebook y Twitter. Publicaba fotos y videos de ella con regularidad, algunos considerados provocativos en Pakistán, lo que le provocó un troleo y ataques en línea.
“Soy una inspiración para aquellas damas que son maltratadas por la sociedad”, dijo una vez, reconociendo la tormenta que habían provocado sus publicaciones en algunos sectores conservadores. “Seguiré haciéndolo, y sé que seguirás odiando”, escribió.
En ese momento, el asesinato provocó la condena de todo el país. Azeem declaró que le dio en la casa de la familia un sedante antes de estrangularla- los hechos sucedieron en la ciudad de Multan, en la provincia de Punjab en Pakistán. Azeem, dijo que fueron las burlas y la vergüenza que produjo su hermana a la familia lo que le motivó.
A partir del asesinato de Baloch, el parlamento de Pakistán emitió una ley contra los asesinatos “por honor”, estableciendo castigos más duros y cerraba algunas lagunas para algunos indultos familiares, de acuerdo con Human Rights Watch. Sin embargo, las penas más duras no se ha traducido en mayor justicia para las mujeres en un país tradicionalmente patriarcal.
La inminente liberación de Azeem han provocado una ola de indignación en las organizaciones y grupos de derechos humanos, así como en las redes sociales del país, según The Washington Post.
“¿Qué mensaje les da esto a los hombres y mujeres en Pakistán? Los hombres pueden matar con impunidad. Las mujeres no están seguras ni siquiera en sus propios hogares; y la ley no los protegerá”, tuiteó el activista de derechos humanos pakistaní Usama Khilji.
Por su parte, el actor Osman Khalid Butt publicó en Twitter: “Esta no es la primera vez que se reducen o anulan sentencias por crímenes atroces. ¿Por qué todavía existen estas lagunas en nuestro sistema judicial por las que los asesinos pueden eventualmente salir libres?
“Estoy conmocionada y sin palabreas”, dijo la abogada pakistaní Nighat Dad. “Este hombre que confesó haber matado a Qandeel (Baloch), su propia hermana, es un hombre libre hoy en el mismo país donde Qandeel no podía vivir su vida libremente”, tuiteó la abogada.
La gente en Pakistán está indignada por la decisión del tribunal de liberar a Azeem, dijo Saroop Ijaz, asesor principal para Asia de Human Rights Watch, a The Washington Post.
“Muchas personas pensaron que el asesinato de Qandeel y la atención que recibió sería un punto de inflexión en la forma en que el sistema de justicia pakistaní trata los asesinatos por “honor”, sin embargo, está claro que todavía queda un largo camino por recorrer”, dijo.
Ijaz dijo que los cambios en la ley tenían que reflejarse en cambios en las actitudes sociales y que se necesitaba hacer más para poner fin a los asesinatos y frenar la capacidad de los miembros de la familia para influir en los juicios.
“Lamentablemente, existe una clara posibilidad de que se produzcan más asesinatos por “honor” en Pakistán a menos que las autoridades emprendan con urgencia y firmeza los esfuerzos de reformas legales, sociales y políticas”, agregó.
Alrededor de 1,000 asesinatos por honor ocurren cada año en Pakistán, según la Red mundial de Concientización sobre la Violencia Basada en el Honor, un centro de recursos, que dice que es probable que la cifra sea una subestimación. Las mujeres suelen ser asesinadas por parientes cercanos por violar las normas conservadoras sobre el amor y el matrimonio.