Minsk, Bielorrusia. – (Agencias) La tensión es cada vez mayor en esta parte de la Europa del Este. La crisis migratoria ha llevado a la concentración de topas en la frontera de Bielorrusia y Polonia, mientras Europa Occidental está metida en una crisis de energéticos.
La crisis ha arrojado a miles de migrantes, entre ellos mujeres y niños, a soportar temperaturas heladas en la espera de entrar a Europa, su meta final.
Este jueves, el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, tensionó aun más la situación, mientras dos bombarderos rusos sobrevolaban la zona.
«Hemos aumentado los volúmenes de gas natural bombeados a través de Bielorrusia. El gasoducto Yamal-Europa está lleno. Estamos calentando a Europa y nos amenazan con cerrar la frontera. ¿Y si bloqueamos el suministro de gas natural allí?», dijo Lukashenko.
Mientras en el presidente de Alemania recibía a la líder de la oposición bielorrusa en el exilio, Svetlana Tijanovskaya, en el Parlamento el ministro de Asuntos Exteriores, Heiko Mass, se mostraba tajante.
«Señoras y señores, estamos en una situación en la que puede parecer emocionalmente apropiado insultar al señor Lukashenko, pero eso ya no es suficiente. Nos encontramos en una situación en la que es necesario imponer las consecuencias adecuadas. Y eso es lo que haremos, junto con nuestros socios europeos».
La gravedad de la crisis llevó al Papa Francisco a pedir a Europa sea solidaria con los migrantes. Por su lado, Bruselas prepara nuevas sanciones contra la administración de Lukashenko.
La pugna inició después de las pasadas elecciones presidenciales del 2020, a las que la oposición ha calificado de fraudulentas y costó la cárcel o el exilio a muchos de los líderes de la oposición,
