Washington, D.C. – (Agencias) El gobierno de Joe Biden ha anunciado que relajará algunas sanciones a la principal compañía petrolera estadounidense con activos en el petróleo venezolano, en un “gesto” que, según dijeron altos funcionarios del gobierno, tenía el propósito de apoyar las conversaciones entre el gobierno socialista de Nicolás Maduro y la oposición respaldada por Estados Unidos, según informó The Washington Post.
El martes, el Departamento del Tesoro emitió una licencia “restringida” a Chevron, la compañía americana, que le permite iniciar conversaciones con el gobierno de Venezuela, anteriormente prohibidas, sobre un posible reinicio de producción que habían sido cerradas por las sanciones del gobierno de Estados Unidos, de acuerdo con funcionarios que hablaron anónimamente siguiendo con las reglas establecidas por la Casa Blanca.
Los funcionarios dijeron que la licencia podría ser el primer paso hacia el levantamiento de las sanciones petroleras, dependiendo de la cooperación del gobierno venezolano. Insisten en que el gobierno de Maduro debe negociar con la oposición apoyada por el gobierno estadounidense para organizar unas elecciones libres y justas en 2024. La administración Biden podría permitir que Chevron envíe algunos equipos. Incluso, si las conversaciones tienen éxito, se le podría permitir a Chevron extraer y vender petróleo venezolano.
La oposición venezolana planea anunciar el martes que llegó a un acuerdo con el gobierno de Maduro para volver a las negociaciones en la Ciudad de México a partir de este mes, según un líder opositor que habló anónimamente. Las negociaciones se han suspendido cuatro veces en cinco años.
El cambio de política del gobierno de Estados Unidos sin duda responde a la situación en Ucrania y a la intención de Biden de separar al gobierno socialista de Maduro de quien ha sido su apoyo desde hace años tras las sanciones de Estados Unidos: el gobierno de Rusia. Por otro lado, las sanciones al petróleo de Rusia por la invasión a Ucrania han impulsado los precios de la gasolina en Estados Unidos lo que ha sido un factor en el alza histórica de la inflación, 8.3% en abril, algo que ha golpeado a la administración Biden.
Venezuela fue el gran proveedor de crudo a Estados Unidos hasta que empezaron las sanciones al gobierno socialista de Hugo Chávez, predecesor de Nicolás Maduro, que llevó a la requisición incluso de activos de la industria petrolera de Venezuela en bancos americanos. Chevron es una de las pocas petroleras americanas que se encuentran aún en Venezuela, pero las restricciones por las sanciones han paralizado sus operaciones en el país, prohibiéndole realizar inversiones para aumentar la producción e impidiendo negociar con el gobierno de Venezuela.
Las ventanas en América Latina se le están cerrando a Biden antes de las elecciones intermedias en Estados Unidos el próximo noviembre que pudiera llevar a los republicanos al poder en el Congreso. Biden se está quedando sin aliados en contra de Venezuela y Cuba, conforme se está llevando a cabo un giro a la izquierda en Sudamérica. Las próximas elecciones en Brasil y Colombia este año así parecen señalarlo. Los principales contendientes hacia la presidencia de Colombia han declarado estar a favor de restablecer las relaciones con el gobierno de Maduro.
“Creo que está bastante claro que la política de máxima presión de la administración Trump ha fallado”, dijo Geoff Ramsey, analista de Venezuela en la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos. “Los países de todo el hemisferio están buscando formas de responder a la crisis venezolana que coincidan con la realidad sobre el terreno, que es que Maduro retiene el control de facto del territorio”.
El lunes, la administración anunció que levantaría varias restricciones de la era Trump sobre Cuba, incluido un límite a las remesas y la prohibición de vuelos fuera de La Habana.
La Casa Blanca se enfrenta a una vergüenza potencial por la Cumbre de las Américas que Biden organizará el próximo mes en Los Ángeles. Los funcionarios han dicho que no quieren que asistan países «no democráticos», incluidos Cuba, Venezuela y Nicaragua. Los presidentes de México, Bolivia, Honduras y varios estados del Caribe han dicho que no asistirán si se excluye a los países.
