Londres, Inglaterra. – (Agencias) Las revelaciones sobre una nueva fiesta en el No. 10 de Downing Street, residencia y oficinas del primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, que violó las estrictas disposiciones en plena cuarentena en el país por la pandemia de coronavirus, han provocado la indignación de los Tories (líderes y parlamentarios del Partido Conservador), provocándole una grave problema al primer ministro .
Los Tories han presionado a Johnson para que confiese públicamente su participación en la fiesta donde se quebrantaron las disposiciones Covid, según el diario The Guardian. Incluso el líder de los conservadores escoceses ha pedido la renuncia de Boris Johnson si vilo las disposiciones contra el Covid.
Los parlamentarios del Partido Conservador, el partido de Boris Johnson, mostraron su indignación y enojo por la fiesta de “coperacha” de 40 personas el 20 de mayo de 2020, en el No. 10, después de que se filtrara el correo electrónico donde se informa de la fiesta. Algunos le han pedido que acepte y se disculpe públicamente el miércoles tratando de detener la ola de indignación.
Johnson se ha negado a decir si él y su novia, Carrie Symonds, asistieron a la fiesta. Alrededor de 100 empleados del 10 de Downing Street fueron invitados, a través del correo electrónico, por Martin Reynolds, el primer secretario privado del primer ministro, para “aprovechar el hermoso clima”.
El exministro conservador Johnny Mercer calificó las revelaciones de la fiesta como “humillantes”, mientras que el diputado conservador por Keighley, Robbie Moor, dijo: ““El correo electrónico de Martin Reynolds me enfurece. No tengo idea de lo que estas personas estaban pensando”.
Otra exministra conservadora, Caroline Nokes, dijo: “No tengo palabras que puedan expresar adecuadamente lo enfadada que estoy por la actitud de ‘no hagas lo que hago, haz lo que digo’ que parece haber prevalecido en Downing Street”.
Mark Harper, presidente del influyente Grupo de Recuperación de Covid, dijo: “Estas son acusaciones serias. El primer ministro estará en la Cámara de los Comunes [el miércoles]… y espero su explicación con interés”.
Pero también, en privado, más parlamentarios conservadores dijeron que estaban esperado la explicación de Johnson a las preguntas que ha surgido. “Debería confesar, asumir la responsabilidad personalmente y disculparse, no una de estas disculpas fingidas, sino una disculpa adecuada”, dijo uno.
“Es tan repugnante. Siento que me han mentido. Simplemente creo que toda esto tiene una responsabilidad”, dijo otro. Agregaron que se han estado cambiando mensajes enojados por WhatsApp los parlamentarios conservadores sobre lo reacios que están en gastar su capital político defendiendo a Boris Johnson.
Un tercer exministro advirtió: “Nada de esto es irrecuperable todavía, pero esta es otra muesca en el dial: estamos subiendo en la escala de recuperable a irrecuperable”. Douglas Ross, el líder de los conservadores de Escocia, dijo a la cadena STV, que estaba “furioso”, porque mientras a unos británicos se les prohibió ver a familiares moribundos u hospitalizados, «la gente en el No. 10 de Downing Street disfrutaba del sol en la parte trasera y bebía cerveza, bebida alcohólica».
Ross dijo que ya no “podía respaldar” al primer ministro si se descubre que fue a la fiesta y no se retiró. “De ninguna manera apoyaría al primer ministro si violara la ley y asistiera a esa fiesta”, dijo. Además, sugirió que la controversia podría alentar a otros parlamentarios conservadores a inviar una carta a Graham Brady, líder del Comité 1922 (titulo que se le da al grupo parlamentario del Partido Conservador), en un intento concertado para provocar un voto de censura. “Estas son discusiones que sé que los colegas tendrán en Westminster”,
Si se envían 54 cartas de este tipo a Brady, se activaría el voto de censura, y si Johnson pierde ese voto, se iniciaría una competencia por el cargo de primer ministro en la que no se le permitiría presentarse. Los lideres conservadores dijeron que el estado de ánimo a la hora del té en la Cámara de los Comunes era “fúnebre, con los parlamentarios conservadores discutiendo por quien remplazarían a Johnson.
