Atlanta, Georgia. – (Agencias) El brutal asesinato de una mujer y su perro ha impactado a esta ciudad que vive una ola de violencia que ha llevado a las autoridades y a la sociedad a revivir el debate sobre el aumento de la delincuencia.
Katherine Janness, se dirigió a llevar a su perro pitbull a su paseo nocturno a Piedmont Park, un extenso y popular espacio verde de unas 75 hectáreas.
Una hora después, Janness no aparecía y su novia, Emma Clark, trató de llamarla. Katherine no respondió a sus llamados. Emma uso una app de localización de su celular. Recibió la ubicación. Estaba al borde del parque.
Emma subió a su bicicleta y pedaleó hasta la puerta 10 del parque, alrededor de la 1 a.m. Emma se metió al parque. Una vez adentro, Emma encontró al perro de Katherine, Bowie, inmóvil en el suelo.
A unos 15 metros yacía Katherine muerta. «Había un corte en su rostro, como en una X «, dijo Clark, de 30 años. «Y tenía un corte profundo en su garganta; le cortó hasta el hueso».
Katherine había sido apuñalada repetidamente y había sido mutilada. Su perro también fue apuñalado hasta matarlo, informó la policía.
Aunque la policía y el FBI han informado poco del caso, la brutalidad del crimen del pasado 28 de julio ha conmocionado incluso a los investigadores veteranos.
«Es un crimen aterrador», dijo la fiscal de distrito del condado de Fulton, Fani T. Willis, y agregó que la evidencia sugiere que el “asesino no huyó inmediatamente de la escena después del crimen”.
«Y eso es extraño», dijo. «La mayoría de las personas cometen un asesinato y quieren alejarse del infierno porque no quieren ser atrapados».
En los dos últimos años, los crímenes se han disparados en Atlanta. La ciudad registro recientemente 110 homicidios, un 25% más que el mismo periodo el año pasado.
Sin embargo, la saña del asesinato de Katherine, más el lugar donde ocurrió, un lugar exclusivo, símbolo de la transformación económica y cultural de la ciudad los últimos 20 años, ha conmocionado a los habitantes de sectores económicamente acomodados en Atlanta.
Atlanta ha vivido los últimos años una violencia armada que ha matado a cientos de afroamericanos principalmente. Sin embargo, la muerte de Katherine ha tocado el nervio entre los residentes de barrios de lujo.
Los vecindarios de lujo habían venido siendo, en su mayoría, protegidos de los delitos violentos que azotó la ciudad en medio de la pandemia.
El año pasado fue el más mortífero en casi tres décadas en la ciudad. Los homicidios aumentaron un 64% este año, en comparación con 2019, antes de que su Departamento de Policía se viera envuelto en las protestas del Black Live Matter. Katherine fue la primera víctima banca este año.
El debate político en esta ciudad está dominado por la tasa de criminalidad, un estado que espera ser clave en las elecciones intermedias del próximo año.
