Opinión

… ‘Canallín’

Seguramente ustedes recuerdan a “Ricky Riquín Canallín”… aquel personaje llamado Ricardo Anaya, del que no supimos un buen rato y luego reapareció con intenciones de pelear por la presidencia. ¡Ah pero eso sí!, “nos da muchísimo coraje” que luego de picarle la cresta al presi, ahora se haga el ‘perseguido’.

Ya en estos días, la política ya no es política, ya es un ring en el que, sin ser llamados se enlistan solos para el knockout, verdad mi ‘Chicken little’.

Pues con la novedad de que Ricardo Anaya se nos jué’, digo; se nos peló, o más elegante como él mismo lo dijo: “Me exilio para poder seguir luchando”.

No sabemos si el seguir luchando contra López Obrador se refiera a los memes en las redes sociales, pero de una manera finísima anunció que abandona México.

“… Doy la cara y me exilio con mucho dolor de mi país para poder seguir luchando”.

Tras recibir un citatorio por parte la Fiscalía General de la República por un presunto acto de corrupción en relación a la reforma energética, Anaya jura y perjura que se trata de una venganza en la que el presi se lo quiere “fregar a la mala”, por aquello de andarlo retando por la silla presidencial.

Ya no sabemos si esto de la política es para Anaya, o de plano se le da mejor eso de Youtuber, aunque en ambas cosas nos da una pena.

Ricardo Anaya, publicó un vídeo en cuenta Twitter con el título estilo Badabun: ‘No te tengo miedo Andrés Manuel’, en el que acusa ser víctima de una persecución política que lo pondría en prisión y todo, por los videitos que se sube cada semana criticando al presi.

De paso, aprovechó para decir que dichos videos, rebasan los 70 millones de reproducciones.

“No quiere que yo sea candidato y me quiere encarcelar porque no le gusta lo que digo. Está enojado por los vídeos que publico cada semana”.

De manera telenovelesca, Anaya se sintió acorralado, así que para no pisar la prisión y no perder sus derechos políticos; su plan ‘b’ fue exiliarse. Eso sí, ni la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) se ha pronunciado al respecto, pero «patitas pa’ qué las quiero».

Pos’ como no se iba a preocupar, si es investigado por figurar en la red criminal más grande, y ser acusado por recibir un maletín con presuntos sobornos, señalado por el mismito exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, detenido y convertido en un testigo colaborador clave de la administración Odebrecht.

No solo eso, dentro de su mismo partido Acción Nacional ya no le quedan amigos, nomás sus followers. Marco Cortés, dirigente del PAN, no ha tenido ni tiempo para declararse sobre la novela de «Canallín», anda muy ocupado haciendo denuncias en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y quién sabe cuántas otras denuncias por asuntos electorales.

López Obrador, de plano y como es costumbre; lo negó todo, eufórico ante la pregunta expresa en ‘la mañanera’, le mandó decir que “el que nada debe, nada teme”, que no le afecta en nada pisar ‘tantito’ la cárcel cuando se es inocente.

Hasta le dio un consejo acá estilo coach personal, de luchador social a luchador social:

“Cuando se lucha por una causa, se puede ir a la cárcel. En lugar de sentirse mal, se fortalece como dirigente”

De aquí en adelante estaremos al tanto de Anaya por si se nos fue a Atlanta o a los cerros que acostumbra filmar en sus vídeos.