Internacional

Caos y violencia mortal en Bagdad

Los disparos vinieron después de que el poderosos clérigo chiíta Moqtada al Sadr anunciara su salida de la política y la renuncia antes de su mentor espiritual tratando de persuadirlo de que entregar su lealtad a Irán

Bagdad, Irak. – (Agencias) Tras 10 meses de parálisis política tratando de formar un gobierno en Irak, estallaron graves protestas y mortales choques en la conocida Zona Verde de Bagdad, lugar donde se ubican los poderes de gobierno, que han dejado ya una veintena de muertos y un numero indeterminado de heridos, y el establecimiento de un toque de queda en la capital del país. Varios obuses cayeron en la zona, mientras las armas automáticas sonaban en Bagdad.

Los disparos vinieron después de que el poderosos clérigo chiíta Moqtada al-Sadr anunciara su salida de la política y la renuncia antes de su mentor espiritual tratando de persuadirlo de que entregar su lealtad a Irán, según el diario inglés The Guardian.

Los enfrentamientos con las fuerzas policiales estallaron cuando la multitud, que asaltó el Palacio Presidencial y el Palacio de Gobierno, se negó a acatar el toque de queda impuesto por las autoridades -primero en Bagdad y después en todo Irak- en un intento de frenar una insurrección.

Los seguidores de al-Sadr, que se habría puesto en huelga de hambre, llevaban cuatro semanas acampados frente al Parlamento para protestar contra diez meses de parálisis política en la que las distintas fuerzas principales, los pro-iraníes y los pro-Sadr, no han logrado formado un nuevo gobierno.

Al caer la noche, las fuerzas leales a al-Sadr se habían desplegado en Bagdad, donde muchos estaban destrozando carteles de líderes chiítas respaldados por Irán, incluido el general iraní Qassem Suleimani, quien murió en un ataque con aviones no tripulados estadounidenses en 2020.

El Movimiento de Al Sadr tuvo 73 escaños de 329, el que más representación logró en las elecciones de 2021, pero insuficiente para gobernar en un Parlamento muy fragmentado. El clérigo, que ha dado forma a la política iraquí durante los últimos 20 años, forzó la dimisión de todos sus diputados en junio pasado y recurrió a la presión en las calles.

Estos acontecimientos ponen de nuevo una sombra sobre Irak, un país que fue invadido por las fuerzas de la OTAN encabezados por Estados Unidos, donde el punto muerto de la política y una amarga lucha entre los que apoyan los intereses de Irán y los leales a Bagdad llevan ya 10 meses. .

La renuncia anterior del ayatolá Kadhim al-Haeri, proiraní, agregó una nueva presión a la crítica situación de Irak que, según algunos observadores, llevara a que el destino del país no se decidirá en una capital soberana, sino en uno de los dos centros espirituales del Islam chiíta: Najaf en Irak y Qom en Irán.

Moqtada al-Sadr

 Conforme se acercaba la noche, el especto de la lucha más amplia entre las milicias más poderosas del país parecía más cerca, con enfrentamientos esporádicos frente al Parlamento iraquí entre las facciones apoyadas por Irán y las leales a al-Sadr.

El jefe de la ONU, António Guterres, pidió el lunes «moderación» en Irak y pidió a todas las partes que «tomen medidas inmediatas para reducir la escalada de la situación», según su portavoz, mientras la Zona Verde de Bagdad se hunde en el caos.

Mientras tanto, dentro del opulento palacio, los manifestantes descansaban en sillones en una sala de reuniones, mientras algunos ondeaban banderas iraquíes y se tomaban fotografías, mientras que otros entraban a una piscina en el jardín.

Las protestas también estallaron en las provincias del sur de mayoría chiíta, donde los partidarios de al Sadr quemaron neumáticos y bloquearon carreteras en la rica provincia petrolera de Basora y cientos de personas manifestándose frente al edificio de la gobernación en Missan. El primer ministro interino de Irak, Mustafa al-Kadhimi, impuso un toque de queda en la mayoría de los pueblos y ciudades, excepto en el norte kurdo, a partir de las 7:30 p. m.