Tokio, Japón. – (Agencias) De acuerdo con Dave Sheinin, periodista de deportes del Washington Post, Katie Ledecky, la portentosa nadadora estadounidense, había derribado leyendas, derrotado a aspirantes a retadores y arrollado sin piedad a los mejores nadadores del mundo en Londres y Rio de Janeiro.
Ella había reescrito todos los récords del nado estilo libre en sus cuatro apariciones olímpicas individuales al legar el lunes.
Sin embargo, Ledecky nunca había enfrentado a una retadora como la joven nadadora australiana que competía en el carril a su derecha en el Centro Acuático de Tokio, en la final de 400 metros libres.
Ariarne Titmus no dejaba de acercarse. Ella no desfallecía. Ledecky dio lo mejor que podía dar, pero Titmus lo tomó, la pasó y la derrotó.
En el enfrentamiento más esperado de la natación en la historia olímpica reciente, los cuatro minutos de Ledecky contra Titmus cumplió las expectativas y los bombos a lo largo y ancho del océano Pacífico.
Desde el arranque, Titmus, la sensación australiana de 20 años se mantuvo cerca de Ledecky. Ambas combatían palmo a palmo en una despiadada batalla.
Titmus atrapó a Ledecky a los 300 metros y aguanto la escalada final de la, en ese momento aún campeona en los últimos 25 metros.
Ganó la medalla de oro con un tiempo de 3.56.69 minutos, convirtiéndose en la primera mujer en vencer a Ledecky en una final olímpica individual.
