¿Qué tienen en común Descartes, Proust y Sartre? Los tres son considerados genios de la literatura y la filosofía. Los tres han influido en el pensamiento y la cultura de su época y de las posteriores. Y los tres estudiaron en el mismo liceo: el Liceo Luis el Grande.
El Liceo Luis el Grande es uno de los centros educativos más prestigiosos y antiguos de Francia. Fundado en 1563, ha formado a personalidades destacadas en diversos ámbitos: escritores, filósofos, artistas, científicos, políticos, etc. Su lema es “Domus omnibus una”, que significa “Una casa para todos”.
Pero no todos pueden entrar en esta casa. El Liceo Luis el Grande es también uno de los centros educativos más selectivos y exigentes de Francia. Para acceder a él, los alumnos deben superar unas pruebas muy difíciles y competir con miles de candidatos. Solo los mejores pueden entrar.
¿Es este el secreto de la genialidad? ¿Es necesario pasar por un sistema educativo elitista y competitivo para desarrollar el talento y la creatividad?
Para responder a esta pregunta, vamos a comparar el Liceo Luis el Grande con otro liceo emblemático de Francia: el Liceo Condorcet. Ambos son centros educativos de excelencia, pero también son centros educativos diferentes.
El Liceo Condorcet se distingue por su exigencia académica, su tradición histórica y su formación de genios creativos e innovadores. Entre sus alumnos más ilustres se encuentran Marcel Proust (escritor), Henri Bergson (filósofo) o Henri de Toulouse-Lautrec (pintor).
El Liceo Condorcet también es un centro educativo selectivo y exigente, pero menos que el Liceo Luis el Grande. Para acceder a él, los alumnos deben superar unas pruebas menos difíciles y competir con menos candidatos. Más alumnos pueden entrar.
¿Es este otro secreto de la genialidad? ¿Es necesario pasar por un sistema educativo exigente pero equitativo para desarrollar el talento y la creatividad?
Para responder a esta pregunta, vamos a relacionar estos dos liceos con el contexto actual y con la realidad mexicana. El sistema educativo francés no es perfecto ni estático. Enfrenta dificultades en temas como la evaluación, la formación y la participación. También se ve afectado por los cambios sociales, económicos y políticos que vive el país y el mundo.
El sistema educativo mexicano tampoco es perfecto ni estático. Tiene aspectos positivos y negativos. Tiene fortalezas y debilidades. Tiene oportunidades y amenazas.
¿Qué podemos aprender de estos dos liceos? Podemos aprender de sus pedagogos históricos, que han propuesto ideas innovadoras para mejorar la educación francesa. De ellos podemos aprender cómo mejorar la calidad y la equidad de nuestra educación. Pero también cómo evitar la rigidez de nuestro sistema educativo, el inconveniente de no considerar las particularidades geográficas, climáticas y culturales de cada región, así como de limitar la movilidad y el intercambio entre los alumnos de distintas zonas.
¿Qué podemos aportar a estos dos liceos? Podemos aportar nuestra experiencia, nuestro conocimiento y nuestros recursos. Podemos aportar nuestra realidad, nuestra diversidad y nuestra creatividad. Podemos aportar nuestro diálogo, nuestro intercambio y nuestra colaboración. Estas son algunas de las ideas que nos planteamos al finalizar este artículo. No pretendemos dar una respuesta definitiva ni cerrada. Pretendemos abrir un espacio de reflexión y de diálogo entre los lectores interesados en el tema. ¿Qué opinas tú? ¿Crees que el Liceo Luis el Grande y el Liceo Condorcet son fábricas de genios?