Tenemos que reconocer algo, el culto a la Virgen de Guadalupe es tan sagrado para el mexicano como su bandera. Aún quienes no la veneramos debemos de sentirnos orgullosos de las tradiciones nacionales, aclaro, nacional no significa ancestral. No faltará quien diga que los musulmanes, los españoles, la conquista, el imperialismo, los conservadores… UNA TRADICIÓN LA HACE QUIÉN LA PRACTICA, NO QUIEN LA HIZO.
La Virgen de Guadalupe podrá ser de donde sea, pero como dijo Chavela Vargas: “Los mexicanos nacemos donde nos da la rechingada gana”.
Respeto y admiro a quienes aún tienen fe, quienes piden por todos aquellos que somos renuentes, y que sí seguimos en este plano, es por sus oraciones.
Que orgullo ser mexicano, por que a pesar de las adversidades seguimos teniendo fe. A pesar de los amargos momentos, seguimos sonriendo. A pesar de las pérdidas no nos detenemos.
Un mexicano no viaja al espacio, fue un mexicano quien trajo el espacio y los puso en un calendario. Los mexicanos tal vez no sabemos de números, pero inventamos la base de la numeración que todo el mundo utiliza. No creamos a Jesús y María, pero somos el país con más católicos y fe en todo el mundo, el mexicano disfruta cada una de sus tradiciones y las hace suyas.
La Virgen de Guadalupe no solo es una imagen, es la segunda bandera del país; con Tonatzin inició la cultura mexica, con Guadalupe el catoliscimo en Latinoamérica, con el estandarte de la Virgen la Independencia de México.
Está en todos lados, junto al águila, el nopal y la
Serpiente. Podrán juzgarme loco, pero Guadalupe ya ocupa un lugar junto a Huitzilopochtli, Quetzalcóatl, Tlaloc, Tonatiuh, Kukulkán, Homshuk, Coatlicue; no solo se lo ha ganado con sus milagros, es gracias a ella que nuestros dioses antepasados siguen vigentes y luchamos por mantenerlos.
Vivan los mexicanos que realmente tienen fe y no aquellos que utilizan el mercadeo religioso.
