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Confinamiento Covid envejeció 3 años el cerebro de adolescentes

Publicado en Biological Psychiatry: Global Open Science el jueves, el estudio fue el primero en comparar escaneos de las estructuras físicas de los cerebros de adolescentes antes y después de que comenzara la pandemia

San Francisco, California. – (Agencias) Según un estudio, el estrés provocado por los 10 meses de confinamiento por la pandemia de coronavirus envejeció prematuramente el cerebro de los adolescentes al menos 3 años y de manera similar a los cambios observados en los niños que enfrentaron estrés crónico y adversidades.

Publicado en Biological Psychiatry: Global Open Science el jueves, el estudio fue el primero en comparar escaneos de las estructuras físicas de los cerebros de adolescentes antes y después de que comenzara la pandemia, y en documentar diferencias significativas, dijo Ian Gotlib, autor principal del artículo. y profesor de psicología en la Universidad de Stanford.

Ian Gotlib

De acuerdo con Gotlib, quien es director del Laboratorio de Neurodesarrollo, Afecto y Psicopatología de Stanford, los investigadores sabían que los adolescentes presentaban “niveles de tensión, ansiedad y miedo” más altos antes que la pandemia. Pero no se sabía nada sobre los efectos en sus cerebros.  “Pensamos que podría haber efectos similares a los que encontrarías con la adversidad temprana; simplemente no nos dimos cuenta de lo fuertes que serían”.

Según el estudio, también se encontraron adelgazamientos de los tejidos de la corteza cerebral, que está involucrado en el funcionamiento ejecutivo. Estos cambi9os ocurren durante el desarrollo normal de la adolescencia, pero la pandemia parece haber acelerado el proceso.

El envejecimiento del cerebro de los niños no es un desarrollo positivo. Esto se observaba en casos de estrés infantil crónico, trauma, abuso y abandono, antes de la pandemia. Estas experiencias infantiles adversas no solo hacen que las personas sean más vulnerables a la depresión, la ansiedad, la adicción y otras enfermedades mentales, sino que también pueden aumentar el riesgo de cáncer, diabetes, enfermedad cardiacas y otros efectos negativos a largo plazo.

CDI= Children´s Depression Inventory MASC= Escala de Ansiedad Multidimensional para Niños

El equipo de Gotlib comenzó hace ocho años un estudio longitudinal, con el objetivo original de comprender mejor las diferencias de género en las tasas de depresión entre los adolescentes, lo que brindó las imágenes previas a la pandemia.

Los investigadores reclutaron a 220 niños de 9 a 13 años de edad, con un plan que establecía la toma de resonancias magnéticas de sus cerebros cada dos años. Mientras recopilaban el tercer conjunto de escaneos, llegó la pandemia y cerró todas las investigaciones en persona en Stanford, lo que impidió que los científicos recopilaran datos de escaneos cerebrales desde marzo de 2020 hasta finales de ese año.

De acuerdo con Gotlib, mientras debatían cómo explicar la suspensión de la investigación, los científicos vieron la oportunidad de investigar una pregunta diferente: cómo la pandemia en sí misma pudo haber impactado la estructura física de los cerebros de los niños y su salud mental. Empataron pares de niños con la misma edad y sexo, creando subgrupos con pubertad similar, nivel socioeconómico y exposición al estrés infantil. “Eso nos permitió comparar jóvenes de 16 años antes de la pandemia con diferentes jóvenes de 16 años evaluados después de la pandemia”, dijo.

Para determinar la edad cerebral promedio de sus muestras, los investigadores introdujeron sus escáneres cerebrales en un modelo de aprendizaje automático para predecir la edad cerebral desarrollado por el grupo de trabajo ENIGMA-Brain Age, una colaboración entre científicos que agrupan sus conjuntos de datos de imágenes cerebrales. También evaluaron los síntomas de salud mental informados por los pares emparejados. Encontraron síntomas más severos de ansiedad, depresión y problemas de internalización en el grupo que había experimentado la pandemia.

“La conclusión para mí es que hay problemas serios con la salud mental y los niños en torno a la pandemia”, dijo Gotlib. “Solo porque el confinamiento terminó no significa que estemos bien”.

Anteriores investigaciones, encontraron niveles dramáticamente más altos de ansiedad, depresión, tendencias suicidas y otros trastornos mentales en adolescentes desde el inicio de la pandemia. De acuerdo con Jason Chein, profesor de psicología y neurociencia y director del Centro de Investigación e Imágenes del Cerebro de la Universidad de Temple, el estudio actual tiene implicaciones importantes para otros estudios de imágenes longitudinales de cerebros de adolescentes. “Tiene implicaciones tanto metodológicas como potencialmente relevantes para la sociedad”, dijo Chein.

Los estudios longitudinales de desarrollo que abarcan la pandemia pueden arrojar hallazgos que están contaminados por los impactos psicosociales, dijo Chein, por lo que no se pueden sacar conclusiones amplias sobre el desarrollo.

Y para la sociedad, implica que los adolescentes y adultos jóvenes pueden necesitar atención de salud mental continua a largo plazo y otro tipo de apoyo porque este conjunto puede no estar tan avanzado como se esperaba en función de su edad cronológica.

Sin embargo, advirtió no hacer interpretaciones amplias basadas en los cambios que observaron los investigadores. “Es muy interesante que hayan observado este cambio”, dijo. «Pero soy reacio a sacar la conclusión de que lo que nos indica es que de alguna manera hemos avanzado en la maduración de los cerebros de los niños».