Madrid, España. – (Agencias) El Congreso español aprobó por mayoría absoluta la ley de eutanasia, que despenaliza la ayuda a morir a los pacientes en determinadas situaciones y si se solicita.
La sentencia, que procede de la Comisión de Justicia, obtuvo198 votos a favor y 138 en contra, el PP, Vox y UPN; y dos abstenciones.
Para la validación final de la ley y, por lo tanto, para que la eutanasia sea legal en España, sólo queda un paso, que el Senado lo avale a principios de 2021. En el mundo sólo hay cinco países donde la eutanasia es legal: Bélgica, los Países Bajos, Luxemburgo, Canadá y Colombia.
Las partes que han votado a favor de la ley, la izquierda e independentistas -el PSOE, Podemos, ERC, JxCat, PDECat, PNB, Bildu, Compromís, BNG, CUP, Més País y Ciudadanos-, han recordado que la normativa no obliga a nadie a morir, sino que ofrece a los pacientes en situaciones irresolubles la posibilidad de morir dignamente.
En cambio, el PP, Vox y UPN han denunciado la ley como «inoportuna e inconstitucional». En este sentido, el diputado de la UPN, Carlos García Adanero, dijo que se empujó a los pacientes al suicidio.
La ley, que llegó a la cámara en forma de proyecto de ley del PSOE, ha superado el umbral de la mayoría absoluta para convertirse en orgánica y ahora tendrá que ser debatida en el Senado.
El texto estipula un procedimiento a través del cual el paciente puede solicitar que se aplique la eutanasia tanto en hospitales como en el hogar.
La eutanasia puede ser solicitada por aquellos mayores de edad que padecen una enfermedad grave, crónica, invalidante o incurable en situaciones asociadas con «sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable» y cuando, además, existe «seguridad», o una alta probabilidad, de que no haya capacidad de curación o mejora.
Una vez finalizado el procedimiento y en vigor, la ley regulará que los solicitantes lo hagan en dos solicitudes escritas separadas durante un mínimo de quince días. La decisión debe ser autónoma y sin presiones, y puede quedar clara con una declaración de voluntades anticipadas.
La evaluación será llevada a cabo por dos médicos que enviarán su examen a un comité de control, que tendrá que dar la aprobación final. En caso de arrepentimiento, el paciente puede ser despedido en cualquier momento.
