Nápoles, Italia. – (Agencias) Sin duda se han visto muchos espacios asignados a centros de vacunación en el mundo. Desde estadios hasta plazas de toros, desde barcos hasta trenes, pero sin duda Italia se ha llevado las palmas.
La pandemia obligó a Italia, al igual que en todo el mundo, a cerrar sus museos y parques al público. Sin embargo, El Capodimonte en Nápoles es la excepción.
El Capodimonte sigue abierto. La institución artística ha permitido que al momento del pinchazo de la vacuna tenga un ambiente no solo placentero sino lleno de belleza, una sala llena de cuadros de hermosas pinturas que expone el museo.
“Hemos elegido varias obras de arte de la colección del museo”, explica el director Sylvain Bellenger.
Y, agrega, “hemos insistido en el hecho de que también tenemos un enorme parque, un jardín histórico, el mayor parque urbano de Italia”.
“Además es un Museo Botánico.Así que es una asociación de salud, bienestar y cultura», explica Bellenger.
El área de vacunación se encuentra en uno de los 17 edificios situados en el Parque de Capodimonte. En él se pueden aplicar hasta 1,200 dosis diarias en siete cabinas de vacunación.
De acuerdo con Maria Corvino, directora de Salud de Nápoles, se decidió crear este centro de vacunación en el Museo Real de Capodimonte “por la belleza del lugar.
“Pasear en libertad por sus jardines, por la naturaleza, también transmite el mensaje de que si queremos volver a ser libres tenemos que vacunarnos», afirma Corvino.
En Italia, la campaña de vacunación no ha tomado aún impulso a pesar de iniciar en diciembre. Sin embargo, algunas personas que han acudido al Capodimonte afirman que, la contemplación de las obras de arte y la naturaleza las ayuda a tener esperanzas en el futuro.
«Es maravilloso”, afirma una mujer. “He salido de la sala de vacunación sintiendo una profunda emoción. Creo que esto es una verdadera conquista, nuestra conquista, la de todos, y llegar a esta sala te anima. Es como una confirmación de nuestro paso adelante».
Contagiarse de belleza, eso es lo que esperan los que acuden a vacunarse a este museo. Hacerlo rodeados de arte es, sin duda, una de las formas más agradables de iniciar el camino de vuelta a la vida normal.
