La Prensa
Las fiestas clandestinas convocadas mediante redes sociales incitan a los jóvenes y menores de edad a emborracharse hasta perder el conocimiento.
Durante el mes de octubre las llaman “Evil Fest” que en español significa “Fiesta del Mal” al acercarse la noche de brujas y donde los invitados tienen que llevar disfraz o ropa en color negro.
El único requisito es “Ponerse hasta el Cul*” y pagar solo 30 por el ingreso porque al interior del lugar que no está regulado por las autoridades y que tampoco cuenta con protocolos sanitarios por el Covid-19.
Habrá bebidas embriagantes de sobra, una asistencia masiva, se contrata a un DJ y “guardias” que vigilen el punto y avisen en caso de que se acerque la policía para que los organizadores huyan.
A los invitados se les envía la dirección por servicio de mensajería una vez que son miembros de la página de Instagram o grupo de Facebook que lleva el nombre de la fiesta así como un símbolo de la misma.
Esto para que no se filtre la información y pueda llegar a las corporaciones de seguridad porque acabarían por cancelarlas, asegurar el alcohol y hasta realizar detenciones.
El festejo inicia a partir de las 9:00 de la noche y se extiende hasta las 4:30 de la mañana, horario que ni una cantina, antro o bar tiene permitido operar.
Los jóvenes tienen derecho a divertirse pero cuando superan los límites y ponen en riesgo su seguridad, Seguridad Pública, Alcoholes y Ecología impiden esta actividad.
