Roma, Italia. – (Agencias) El domingo, los dirigentes de las economías más robustas del mundo se comprometieron a detener el financiamiento público a las centrales eléctricas de carbón en el extranjero para finales de este año. Sin embargo, no se establecieron objetivos nacionales en el uso del carbón.
También se comprometieron “a mejorar cuando sea necesario” sus planes nacionales de reducción de gases invernadero para 2030. La Organización de Naciones Unidas ha insistido en que debe intensificarse urgentemente la reducción para evitar una catástrofe.
El acuerdo señala que los efectos nocivos del cambio climático serían menores si se logra que el aumento de la temperatura sea de 1.5°C, en lugar del pronosticado 2°C, señalando la importancia de mantener el objetivo de 1.5°C.
Este acuerdo se produce antes del inicio de la Cumbre Climática Cop26 en Glasgow, Inglaterra, este lunes.
De acuerdo con The Washington Post, aunque generó manifestaciones de aprobación, enfrentará el duro escepticismo de los científicos que aseguran que los mayores emisores no están haciendo lo suficiente.
Alok Sharma, presidente de la COP26, y algunos expertos, desafiaron a los países del G-20 a comprometerse a enviar al carbón a los anales de la historia, calificando su uso como “incompatible con un futuro que mantiene vivo el 1.5°C”.
Sin embargo, al no dejar una promesa de eliminar gradualmente el uso del carbón internamente refleja los intereses de China y la India, dos de los principales usuarios del combustible fósil.
Tanto China como India generan más del 50% de su energía con combustible fósil, Estados Unidos lo hace en un 12% de su energía y Europa un porcentaje similar, de acuerdo con Our World in Data.
Además, de acuerdo con una serie de informes científicos, entre ellos el Panel de Expertos de la ONU, los países están muy por detrás de los objetivos establecidos en los acuerdos de París.
Para Jennifer Morgan, directora de Greenpeace Internacional, el acuerdo del G-20 es “débil” y dijo que “simplemente no cumplió con el momento”.
«Si el G20 fue un ensayo general para la COP26, entonces los líderes mundiales inflaron sus líneas», dijo en un comunicado.
Por el otro lado, Alex Scott, quien lleva la diplomacia del grupo E3G, dijo que, si bien el acuerdo queda corto en detalles, muestra que los países ricos están de acuerdo sobre el costo de no actuar.
Muy diferente de la cumbre en Japón, con la presencia de Donald Trump, donde se temía incluso que se tocara el tema climático.
Scott dijo que el acuerdo de esta del G-20, “no proporciona un cronograma ni los detalles”, pero que pone a los lideres de los países “en perspectiva de que vendrán a Glasgow a ponerle carne a los huesos”.
