Crispación y alarmismo en plantón del “Convoy de la Libertad”

Ottawa, Canadá. – (Agencia) Conforme avanzan los días en el plantón del “Freedom Convoy” (Convoy de la Libertad) en Ottawa, Canadá, los nervios se crispan más y crece peligrosamente el alarmismo entre los manifestantes.

De acuerdo con información del medio inglés The Guardian, los lideres de la protesta han alertado a los manifestantes de que el riego de violencia ha aumentado, en medio de especulaciones de que la policía prepara el desalojo del plantón que cumple ya dos semanas en la capital del país.

Los supuestos “informes de inteligencia” diaria, recopilados por los dirigentes de la manifestación y a los que tuvo acceso The Guardia, así como los comentarios públicos de los líderes, se han vuelto cada vez más alarmistas en los últimos días. Si bien los informes incluyen información errónea y no deben tomarse como “de fuetes de inteligencia” creíble, ofrecen una idea de la mentalidad conspirativa de los participantes.

El informe del jueves advierte que “la Oficina del Primer Ministro (PMO) ha ordenado que el “Freedom Convoy 2022 se disperse no [sic] más tarde del [sic] sábado 12 de febrero de 2022”. De acuerdo con las leyes, los funcionarios no pueden dirigir una operación policial, sin embargo, la creciente paranoia de los manifestantes presenta un cambio de tono preocupante, de acuerdo con The Guardian.

Los informes están preparados por Tom Quiggin, un consultor de seguridad privada que ha sido acusado previamente de difundir información errónea, particularmente al exagerar la amenaza de terrorismo que representa la comunidad musulmana de Canadá.

Desde fines de enero, el “Freedom Convoy”, o Convoy de la Libertad, aproximadamente unas 1,000 personas, han bloqueado el centro de la ciudad de Ottawa, exigiendo el fin del mandato de vacunación obligatoria contra el Covid para aquellos que crucen de regreso de Estados Unidos al país. Sin embargo, las protestas ahora se dirigen contra el primer ministro Justin Trudeau, del que piden su renuncia.

Dicen que su ocupación continuará hasta que se cumplan sus demandas. A ellos, se han sumado otros manifestantes, que han bloqueado el puente internacional Ambassador entre Detroit y Windsor, Ontario, y dos cruces fronterizos más pequeños. No está claro qué tan ampliamente se comparten estos informes, pero reflejan con precisión los puntos de conversación pública de los organizadores principales.

La policía cercana al puente Ambassador han comenzado a recibir apoyo adicional, informó el alcalde de Windsor, Drew Dilkens a CNN el jueves, además, la ciudad estaba buscado una orden judicial de la Corte Superior de Ontario para desalojar a los manifestantes.

“[Si] los manifestantes no se van, tendrá que haber un camino a seguir. Si eso significa eliminarlos físicamente, significa eliminarlos físicamente, y estamos preparados para hacerlo”, dijo Dilkens.

Sin embargo, luego enmendó el comentario diciendo que se esforzaba por resolver el problema de manera pacífica y asegurarse de que nadie resultara herido. “Puede ser gratificante para alguien ver la expulsión forzosa de los manifestantes, [pero] tal acción puede incendiar la situación y ciertamente hacer que más personas vengan aquí y se sumen a la protesta, y no queremos arriesgarnos a un conflicto adicional, recalcó Dilkens.

General Motors Co y Stellantis, matriz de Chrysler, informaron el jueves que tuvieron que cancelar o reducir los turnos debido a la escasez de piezas, lo que se suma a los recortes anunciados anteriormente por Ford y Toyota. Toyota dijo que suspendería la producción hasta el sábado en las plantas de Ontario y Kentucky.

Los informes de los manifestantes retratan al jefe de policía de la ciudad, Peter Sloly, como un antagonista, diciendo que «ha desempeñado un papel en la creación de un espacio político donde puede ocurrir la violencia».

A principios de esta semana, Tom Marazzo, un líder de la protesta que se describe como un “enlace policial”, dijo que “las declaraciones y acciones del Jefe de Policía han establecido deliberadamente las condiciones para una posible violencia contra los manifestantes pacíficos”.

Los manifestantes insisten en que son totalmente pacíficos, pero se han resistido a los intentos de desalojarlos del centro y evitar que se reabastezcan de diésel. Los residentes locales se quejan de que la vida en la ciudad se ha vuelto intolerable por el estruendo de las bocinas de los camiones de los ocupantes y los fuegos artificiales nocturnos.

“Nuestra ciudad está sitiada”, dijo la concejala Diane Deans, quien describió las protestas como una “insurrección nacional”.