La medicina y el deporte son dos disciplinas que entrelazan pasión, orgullo y dedicación, reflexionó David Martínez Aceves, quien a sus 26 años ha puesto una pausa a su carrera como médico del Instituto Mexicano del Seguro Social para incursionar en la Ultimate Fighting Championship, la empresa más grande de artes marciales mixtas.
Se formó en el Seguro Social, laboró entre 2019 y 2021 como médico interno de pregrado en el Hospital General de Zona 68, en Tulpetlac, Estado de México, y atendió a pacientes con COVID-19; sus tiempos libres como médico los dedicaba a practicar artes marciales.
“Llegaba de las guardias, comía algo, a veces no había dormido o estaba cansado, sin embargo, mis papás, mi hermana me ayudaban mucho para poder seguir los entrenamientos”, narró.
La disciplina y el compromiso le permitieron firmar el pasado 1 de octubre un contrato con la UFC y espera con ansia su debut a principios de 2025.
Recordó la motivación inicial que lo llevó a estudiar medicina y que una de sus más grandes satisfacciones es ayudar a las personas.
“Toda mi vida he practicado deporte. En el deporte hay muchas lesiones, personas que se accidentan. Algunas veces no hay un doctor a la mano en el momento para poder ayudar, yo veía esos accidentes y quería ser la persona que extendiera una mano al accidentado. Desde ahí nació esta semilla por poder ser doctor”, compartió.
David Martínez comentó que el deporte y la medicina, sus dos grandes pasiones, tiene muchas similitudes.
“Me han dicho que son profesiones muy diferentes; sin embargo, yo veo que es casi lo mismo, que tienen mucha similitud, más de lo que parece, porque tanto los peleadores como los médicos son personas extraordinarias, superhumanos y gladiadores”, platicó.
Destacó el nivel de compromiso y dedicación que requieren ambas disciplinas.
“No cualquier persona aguanta sesiones laborales de 25, 30 o más horas, y siguen de pie, atendiendo a la gente, al igual que en la pelea, no muchas personas pueden seguir lanzando golpes o aguantando”, añadió.
Con los guantes enfundados y shorts, el médico acude todos los días a ejercitarse a dos gimnasios en Ciudad de México y Estado de México, en diversos horarios, para prepararse física y mentalmente como peleador, sin perder de vista que, en un futuro, le gustaría regresar a la práctica médica.