Washington, D.C. – (Agencias) El Departamento de Justicia ha decidido incluir al expresidente Donald Trump como parte de su investigación criminal que está realizando sobre los hechos del 6 de enero de 2021, por los esfuerzos del expresidente para anular los resultados de las elecciones de 2020, de acuerdo con el diario The Washington Post, citando a cuatro personas cercana a la investigación.
En el juicio que se lleva a cabo ante el Gran Jurado, los fiscales, que han interrogado a los testigos, incluidos dos importantes ayudantes del exvicepresidente Mike Pence, han iniciado en los últimos días una investigación sobre las conversaciones con Trump, sus abogados y otros miembros de su círculo íntimo que buscaron sustituir a los electores del Colegio Electoral que Joe Biden ganó por aliados de Trump.
Los fiscales han realizado horas de entrevistas detalladas sobre las reuniones que Trump llevo a cabo entre diciembre de 2020 y enero de 2021, su campaña de presión a Pence para anular las elecciones; y que instrucciones dio a sus abogados y asesores sobre electores falsos y el envió de electores a los estados. Las preguntas se centraron directamente en el alcance de la participación de Trump en el esfuerzo del fraude electoral falso llevado a cabo por sus abogados externos, incluidos John Eastman y Rudolph Giuliani.
De acuerdo con las fuentes anónimas, los investigadores recibieron en abril registros telefónicos de funcionarios clave y asistentes de la administración de Trump, incluidos de su exjefe de gabinete Mark Meadows. Esto, de acuerdo con el diario The Washington Post, muestra que tan extenso se ha vuelto la investigación de los eventos del 6 de enero de 2021, mucho antes de las explosivas audiencias públicas de alto perfil de la Comisión de la Cámara de Representantes que se llevaron a cabo durante los meses de junio y julio.
Aun que el diario The Washington Post y otras agencias de noticias escribieron anteriormente sobre las investigaciones del Departamento de Justicia sobre las conductas de Eastman, Giuliani y otros personajes en la órbita de Trump, no se había informado previamente sobre el grado de interés de los fiscales en las acciones de Trump, ni tampoco sobre la revisión de los registros telefónicos de los principales asesores del expresidente.
Sin embargo, esta investigación políticamente tensa ha elevado las apuestas sobre los resultados ya que involucran a un expresidente que sigue siendo fundamental para su partido, que ha sobrevivido a investigaciones previas y a dos juicios políticos,
Estas revelaciones elevan las apuestas de una investigación políticamente tensa que involucra a un expresidente, que sigue siendo una pieza fundamental para su partido, que ha sobrevivido a investigaciones previas y a dos juicios políticos. Trump pasó años criticando al Departamento de Justicia y al FBI, lo que sin duda esta investigación acrecentará su antagonismo.
Las investigaciones penales federales, son opacas por diseño, de acuerdo con The Washington Post, y las que involucran a personajes políticos se encuentran entre los secretos mejor guardados del Departamento de Justicia, muchos de los cuales terminan sin cargos criminales. Después del aquel fatídico 6 de enero, tras el ataque al Capitolio, las duras criticas de algunos sectores y del ala de la izquierda de los demócratas a las investigaciones del Departamento de Justicia fueron alimentadas por no involucrar a Trump y la Casa Blanca y ser insuficientemente agresivas.
De acuerdo con una persona familiarizada con la investigación, citada por The Post, las investigaciones quieren, como mínimo, al tratar de saber el por qué y cómo los partidarios y abogados de Trump intentaron cambiar los resultados de la elección de 2020, saber lo que Trump les ordenó a sus abogados y a los altos funcionarios involucrados que hicieran.
Lo que queda, de acuerdo con The Washington Post, son cuestiones complejas de la actividad protegida por la Primera Enmienda que cualquier investigación, en torno al intento por deshacer los resultados de una elección, debe abordar, y si o en qué momento el discurso de una persona podría convertirse en parte de una supuesta conspiración en apoyo de un golpe de estado.
Según The Post, muchos elementos de la investigación del 6 de enero permanecen en secreto. Sin embargo, en las últimas semanas el ritmo del trabajo se aceleró, con nuevos citatorio, órdenes de allanamientos y entrevistas. Según las fuentes del diario The Post, en los últimos días han comparecido el exjefe de gabinete del exvicepresidente Mike Pence, Marc Short, y el abogado, Greg Jacob, ante el Gran Jurado en Washington.
Los esfuerzos del Departamento de Justicia están desvinculados con los del Comité investigador de los hechos del 6 de enero de la Cámara de Representantes, que ha tratado de probar que Trump es responsable de incitar los disturbios fatales en el Capitolio y de no cumplir con su deber de detenerlos. Short y Jacob comparecieron ante el Comité al cual declararon que Mike Pence resistió a los intentos de Trump de sumarlo a su causa. El Comité investigador de la Cámara de representantes no tiene la facultad, como el Departamento de Justicia, de iniciar una investigación o acusar judicialmente a alguien por irregularidades.
La investigación comenzó entre humo, fuego, sangre y caos en el Capitolio, y ha procesado a 840 personas con cargos penales, extendiéndose para incluir una revisión a eventos que ocurrieron en otros lugares en días y semanas previas al ataque, incluso en la Casa Blanca, legislaturas locales y en un hotel de Washington, D.C.
Solo hay dos caminos en la investigación que podrían, en el último momento, conducir a un escrutinio adicional a Trump, de acuerdo con The Post, citando a sus fuentes anónimas.La primera, se centra en la conspiración sediciosa y conspiración para obstruir un proceso legal de gobierno, cargo que se presentaron contra personas que irrumpieron en el Capitolio el 6 de enero y contra dos lideres de extrema derecha Stewart Rhodes, lider de los Oath Keepers, y Henry “ Enrique” Tarrio , quienes no estuvieron en esos momento en el Capitolio, pero supuestamente estuvieron involucrados en la planificación de los eventos de ese día.
El segundo, consiste en el delito de fraude potencial asociado a un esquema de lectores falsos o con la presión ejercida por Trump y sus asociados al Departamento de Justicia y otros para afirmar falsamente que hubo un fraude generalizado en las elecciones y que las elecciones fueron manipuladas.
El fiscal general Merrick Garland prometió que la investigación del 6 de enero seguirá los hechos dondequiera que conduzcan y dijo que nadie está exento o por encima del escrutinio, al tiempo que se negó a divulgar información fuera de los documentos judiciales.
