Washington, D.C. – (Agencias) De acuerdo con The Washington Post, Trump pasó 24 horas tratando de huir de la realidad después de que incitó a una turba a atacar al Capitolio.
Encerrado en la Casa Blanca, Trump explotó contra lo que llamó una traición. Corrió a los asesores que le pedían serenidad. No estaba interesado en reparar lo que había hecho.
Y continuó insistiendo en que había ganado, aún después de que su vicepresidente había declarado que Biden era el ganador.
Cuando cayó la noche en Washington, después de que el Capitolio oliera a muerte, un grupo de legisladores pidieron su remoción, y la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, pidió un juicio político de nuevo contra Trump.
Fue entonces que, enojado, rabiando y a regañadientes, tuvo que admitir su derrota. A través de un video, grabado en las últimas horas del jueves en la Casa Blanca, dijo: “Ahora el Congreso a certificado los resultados”.
Y agregó: «El 20 de enero se inaugurará una nueva administración. Mi enfoque ahora se centra en asegurar una transición de poderes suave, ordenada y sin problemas. Este momento requiere sanación y reconciliación».
Esto era lo más cerca de una concesión de parte de Trump. No habló de ganadores o perdedores, ni usó la palabra “conceder”, pero fue lo más lejos que parecía dispuesto a ir.
Alguno de sus asesores le habían pedido diera ese discurso en noviembre, cuando estaba claro que había perdido. Estas suplicas se intensificaron está semana.
Trump leyó un discurso que duró 2 minutos y 40 segundos. Con un guion al que accedió después de una dura presión por parte de su jefe de gabinete, Marck Meadows, el abogado Pit Cipollone y su familia, según declararon fuentes cercanas a The Washington Post.
Pero Trump no está dispuesto a aceptar su error. Dijo: «Mi campaña persiguió enérgicamente todas las vías legales para impugnar los resultados de las elecciones».
«Mi único objetivo era garantizar la integridad del voto. Al hacerlo, estaba luchando para defender la democracia estadounidense».
Sin embargo, la democracia estadounidense fue atacada por sus seguidores, a convocatoria del él mismo. Trump se dedicó a socavar al sistema electoral americano durante dos meses, culminando con el asalto de sus enfurecidos seguidores al Capitolio.
De acuerdo con The Post, Trump se ha quedado tan aislado como lo ha estado en sus cuatro años de presidente.
Las renuncias abruptas de una serie de asesores de alto nivel, incluyendo a la secretaria de Transporte Elaine Chao y la secretaria de Educación Betsy DeVos, miembros del Gabinete original, se dieron a partir del ataque al Congreso.
Muchos más discutieron en privado si seguir el ejemplo. Algunos que se mantuvieron alejados de la venganza del presidente, ninguno dio un paso adelante para defender su complicidad en el ataque, ni siquiera su secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, su acérrima defensora.
Pero también fuera de la administración muchos de sus aliados se están retirando. En lugar de tratar de persuadirlo para que hiciera lo correcto, simplemente esperan que no haga más daño.
“Esto es lo que todo mundo ha intentado evitar durante cuatro años, el papel de amortiguar a Trump”, dijo uno de los funcionarios a The Post.
«Es horrible. La gente es miserable. No pueden esperar a que terminen las dos semanas. Todo el mundo está tomando un día a la vez tratando de pasar las próximas dos semanas sin mayores problemas».
La imagen del presidente de esas últimas horas surgió de las entrevistas con funcionarios de la administración que pidieron el anonimato:
Un presidente indignado, desenfadado y psicológicamente frágil, uno que cree que alguno de sus allegados ha saboteado su legado y amenaza la transferencia ordenada de poderes del presidente electo, Joe Biden.
Un funcionario de la administración calificó el comportamiento de Trump como el de “un monstruo total”. Otro señaló que era un “loco” y estaba más allá de “lo sano”.
Un republicano muy cercano a Trump dijo que “está solo. El Rey George está solo”. «Trump cree que tiene a esta gente tan intimidada que no se atreverían a meterse con él. Creo que Trump no entiende lo precaria que es su situación en este momento».
