Barcelona, Cataluña. – (Agencias) Cataluña se levantaba en espera de la nuevas medidas que debían aplicar los gobiernos catalán y valenciano contra el coronavirus. Pero en las primeras horas, El Confidencial – el periódico que suele revelar las operaciones policiales contra los independentistas- informaba de las primeras detenciones de la Guardia Civil.
Tres estrategas del movimiento independentista vinculados a las cúpulas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per-Catalunya (JxCat) fueron detenidos: Xavier Vendrell, David Madí y Oriol Soler.
Poco después, se añadió Josep Lluís Alay, jefe de la oficina del presidente Puigdemont. No era la primera vez que Alay había sido arrestado, y unas horas más tarde fue puesto en libertad bajo cargos.
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) informó que la Guardia Civil había detenido a 21 personas vinculadas al movimiento independentista, en una operación llamada “Operación Volkhov”- nombre del río en Rusia donde hubo una famosa batalla de la División Azul fascista donde participaba la Guardia Civil- por presuntos desvíos de fondos para financiar al presidente Carles Puigdemont y a Tsunami Democrático, un movimiento por la liberación de los presos del proces.
Se intervinieron las casas de los indiciados, sus oficinas, la empresa Eventos en Igualada, la sede de la Plataforma Pro Selecciones Catalanas y el Ayuntamiento de Cabrera de Mar.
El procedimiento ha sido seguido por instrucción del juez instructor 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre. La causa está abierta por los delitos de malversación de fondos públicos, prevaricación, tráfico de influencias, blanqueo de dinero y también desórdenes públicos.
Además, se investiga una supuesta injerencia rusa en el proceso catalán. Según el juez Aguirre, Rusia ofreció pagar la deuda catalana y 10,000 soldados a Puigdemont para defender la declaración de independencia.
La Embajada rusa respondió con una declaración irónica que dejó la acción contra los independentistas en ridículo. Ya en 2017, las cloacas del estado también intentaron involucrar al Kremlin con el Palau de la Generalitat.
Apenas una semana después de la absolución del mayor Josep Lluís Trapero en la Corte española en un fallo que dejó a Baena y al coronel Diego Pérez de los Cobos como mentirosos.
Los círculos políticos catalanes han calificado la operación como una provocación muy grave.
Las primeras manifestaciones en apoyo a los detenidos comenzaron frente a la casa de cada uno. En Igualdad, donde vive Soler, es donde ha habido un despliegue más colorido de la Guardia Civil y donde más gente se ha concentrado.
En un acto unitario celebrado por los independentistas en la plaza Sant Jaume de Barcelona, denunciaron la represión y exigieron la liberación de los detenidos. Las organizaciones y los Comité de Defensa de la Republica (CDR) convocaron concentraciones en todas las plazas del país, y una movilización frente a la sede de la Guardia Civil en la Travessera de Gracia de Barcelona.
La mayoría de los detenidos han sido puestos en libertad bajo cargos, y una décima parte ha pasado la noche en unidades de la Guardia Civil. Se espera que vayan a la corte hasta mañana. Los 21 detenidos y sus familias han sido objeto de otra redada represiva. El magistrado tomara las declaraciones a los indiciados y decidirá como avanza esta causa contra la independencia.
Carles Puigdemont ha pedido a través de su cuenta de Twitter la libertad del jefe de su oficina en Barcelona y a los demás detenidos vinculados al movimiento independentista. Declaró que: «Intentan la muerte del independentismo porque tres años después de la declaración de independencia seguimos luchando por una causa justa y democrática”.
