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Educar para la paz: un desafío y una oportunidad

"La paz no es solamente la ausencia de la guerra; mientras haya pobreza, racismo, discriminación y exclusión difícilmente podremos alcanzar un mundo de paz" - Rigoberta Menchú.

La violencia y el acoso escolar son formas de agresión que dañan la integridad y la dignidad de los niños, niñas y adolescentes, y que atentan contra su derecho a una educación de calidad. Según la UNESCO, uno de cada tres estudiantes ha sufrido alguna forma de violencia o acoso escolar en el mundo.

Estas situaciones no solo afectan a las víctimas, los agresores y los testigos, sino también a toda la comunidad educativa y a la sociedad en general. Por eso, todos tenemos la responsabilidad de prevenir y denunciar estas situaciones, y de crear un ambiente escolar seguro, respetuoso e inclusivo para todos.

El gobierno federal nos orienta y apoya con dos protocolos que nos ayudan a prevenir y atender los casos de abuso sexual infantil, acoso escolar, hostigamiento sexual y acoso sexual en las escuelas de educación básica y en las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal. Estos protocolos son instrumentos valiosos para garantizar el cumplimiento de la ley y el respeto a los derechos humanos en el ámbito escolar y laboral.

Pero no basta con conocer y aplicar estos protocolos. También es necesario fomentar una cultura de paz que promueva la convivencia pacífica, la igualdad y la no discriminación en la escuela. Y esta cultura se construye desde casa y desde el aula, con el ejemplo y la educación que brindamos a nuestros hijos e hijas y a nuestros alumnos y alumnas.

Como padres y madres de familia y como docentes, tenemos un papel fundamental en la prevención de la violencia y el acoso escolar desde casa y desde la escuela. Nuestra labor no se limita a cuidar, proveer o transmitir conocimientos, sino también a formar personas capaces de convivir armónicamente con los demás, respetando sus derechos y asumiendo sus deberes. Para ello, es necesario practicar y transmitir valores como el respeto, la empatía, la tolerancia, la responsabilidad y la cooperación.

La prevención de la violencia y el acoso escolar es un acto de amor y de valor que implica comprometernos con la construcción de una cultura de paz desde casa y desde la escuela. Solo así podremos contribuir a garantizar el derecho de todos los niños, niñas y adolescentes a una educación de calidad, en un entorno seguro, respetuoso e inclusivo para todos.

Como dijo Mahatma Gandhi: "No hay camino para la paz, la paz es el camino". Educar para la paz es educar para el bienestar, para la ética y para la persona. Es un desafío que nos exige superar nuestras propias limitaciones y prejuicios. Es una oportunidad que nos ofrece aprender de las diferencias y enriquecernos con la diversidad.

¿Qué haces tú para educar para la paz?