Washington, D.C. – (Agencias) El golpe devastador del ataque a las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York, estableció un antes y un después en Estados Unidos y, por ende, al mundo.
De acuerdo con el artículo de Jaby Warrick y Souad Mekhennet, corresponsales del Washington Post, como lo fue Fort Sumter o Pearl Harbor, los ataques del 9/11 en Nueva York y Washington, fueron eventos que dividieron la historia misma, en dimensiones completamente diferentes.
“El 12 de septiembre, el país despertó para encontrarse en un curso profundamente diferente”, escriben Warrick y Mekhennet.
El ataque produjo las dos guerras más largas en la historia de Estados Unidos: Afganistán e Irak. Ambas cobraron la vida de más de 6,500 estadounidenses y miles de afganos e iraquíes, más de 50,000 estadounidenses heridos que requerirán décadas de atenciones.
Pero también, las tensiones de los cientos de miles de familiares de los militares estadounidenses por los despliegues interminables al extranjero, en busca de un objetivo que cada vez se hacía más dudoso, hasta la caótica y decepcionante salida de Afganistán.
Estados Unidos hizo de Al Qaeda el enemigo de una guerra santa. Sin embargo, cada que fue derrotado surgía una variante más peligrosa.
La “guerra global” contra el terrorismo trajo nuevas burocracias e industrias, escriben Warrick y Mekhennet. Una industria militar que consumía miles de millones de dólares y contratistas para la reconstrucción del “Nuevo Afganistán”, que al final, quedó en manos de sus enemigos.
La vida de los estadounidenses cambió. Cambió la forma en que viajaban. La seguridad estrecho sus vidas y alteró la percepción que tenían sobre su privacidad.
Llevó a los norteamericanos a desafiar las normas legales y éticas establecidas desde mucho tiempo atrás en el manejo de los prisioneros y cautivos. La tortura fue ejercida legalmente por la ley de seguridad de Bush.
Ya no era la imagen del ejercito defensor de la democracia y respetuoso a los derechos humanos. Se establecieron nuevos métodos para capturar y matar al enemigo.
Establecieron nuevas reglas y se crearon nuevas armas destructivas probadas en pequeños poblados, asesinando a miles de civiles, entre ellos niños y mujeres.
La vida de los individuos se trastocó, sus caminos se alteraron para siempre, mientras el mundo y Estados Unidos eran sacudidos por las fuerzas desatadas del 9/11.
