Opinión

El Che, amor, revolución y muerte

A medida que transcurre el tiempo, a causa de factores como la globalización y la innovación constante de la tecnología, las noticias hoy en día, por mas novedosas que sean en realidad, tienden a caducar rápidamente. De inmediato dejan de ser interesantes,  pues son  sustituidas por otro tema de interés, luego lo mismo sucede, caduca y surge otro tema. Pareciera que el único tema que jamás caduca, es el amor.

Desde que el ser humano habita la tierra, de su corazón brota ese sentimiento mágico llamado amor. Estar enamorado es algo fascinante, sublime, de pronto lo incoloro tiene los colores del arcoíris y cualquier lugar se torna en un paraíso, el mundo se vuelve poema, pues todo rima. El silencio tiene tiene sonido y la noche tiene luz, todos los callejones tienen salida, alzas la mano y puedes tocar y bajar la estrella que gustes y colocarla en la mano del ser amado.

He conocido muchas historia de amor, algunas caminan maravillosamente hasta el final, otras, se ven abruptamente interrumpidas, debiendo separarse y seguir cada quien su camino. Algunos casos, terminan en tragedia, tiñéndose como dice José José, los colores de gris, tornándose todo en soledad. No cabe duda, que “ el amor, es el pasaporte a un misterio”, diario de Raj Rabban.

Hubo una dama Argentina, Tania, aunque fue  formada en Alemania, que se enamoró perdidamente del Che Guevara. Le ofreció a él sus servicios como traductora. Le sirvió de espía en Europa, Cuba y Bolivia, fue pareja del Comandante  Guevara, lo amo’ sin límite. Lo siguió por todas partes, fue su sombra. El amor disipó cualquier temor que se acercara a su mente. En Bolivia, el peligro era latente y sin embargo, ella quiso estar ahí, cerca del revolucionario legendario, a pesar de que casi no se veían, sentir que estaba cerca, en algún lugar de la sierra de ese país, le confortaba.

En la sierra Boliviana, el Che conformó  dos grupos, se alejó  con uno, dejando a Tania con el otro, se cree que era para protegerla, pensando que los militares de Bolivia se centrarían en él y en su grupo. A Tania le reclamaron sus compañeros, que por su culpa los separaron y que eso ponía en riesgo la operación. Estuvieron cerca de cuatro meses sin ver al Che. Fue desgastante, sin alimentos.

Un día, se escucharon de repente ráfagas de metralleta, rompiendo el silencio ,mataron a Tania y a su grupo.
6 semanas después, mataron también al Che dentro de una escuelita, a pocos kilómetros de distancia de donde mataron a Tania y compañía.
El cadáver de la revolucionaria enamorada  fue encontrado en un río 7 días después de su muerte. Traía una mochila, con un diario, pidiendo en un recado que se entregara a Amanda, una amiga, revolucionaria Cubana. En el diario, dentro de otras cosas , Tania escribió a Amanda:

“Nací para ser revolucionaria y lo he sido, nací para soñar un mundo mejor  y no he dejado de soñarlo, nací para amar y he amado. Tú sabes que mi amor por el Che va más allá de cualquier razonamiento, pero nunca me he revelado contra ese sentimiento… Cuando nuestras mirada se encontraron por primera vez, supe que nada podría llenar mis vacíos si me alejaba de él… Pero ese amor incondicional ha tenido la recompensa de haber sentido el mundo rodando bajo mis pies, como si yo fuera una estrella que pudiera tocar el cielo…”

La revolución Cubana fue fascinante por la convicción de Fidel y sus hombres  y por la gran estrategia de Castro. La vida del Che es extraordinaria en cuanto a su lealtad a los principios revolucionarios y su hambre de justicia. La historia de amor de Tania hacia el Che, es simplemente extraordinaria, una historia de amor sublime, digna de enmarcar, de admirar y de contar.
Un tiempo, los restos de Tania y del Che, estuvieron en una fosa común en Bolivia. Posteriormente, fueron trasladados a Cuba, y al igual que los restos de los demás guerrilleros, se encuentran en el mausoleo de Guevara, en La Ciudad de Santa Clara.

Las narraciones de Tania, permiten asomarse  a los sentimientos de ella y del Che, advirtiéndose un amor sin límite   en el marco de las balas, de la convicción y de la revolución.

Con admiración y respeto, a la memoria de Guevara, de Tania y de los revolucionarios que cayeron con dignidad junto con ellos, luchando por una causa justa, por ideales revolucionarios.