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“EL DETENTE NO AYUDÓ”

Definitivamente el tema que está en boca de todo el País es el contagio de Covid-19 del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

No hubo escapulario, amuleto, ni moral que lo defendiera de un virus que está contagiando a un planeta entero. 

Su imagen de protección a la que él denominó como el “El Detente” no ayudó, y tampoco su afirmación de que “el no mentir, no robar y no traicionar” ayudan a que no dé coronavirus. 

Una vez más es señalado por su obstinada actitud de no portar el cubre bocas, ni seguir los protocolos de sanidad que el mismo Gobierno Federal ha establecido como obligatorios para millones de mexicanos. 

Y es que su irresponsabilidad arrastró también a los secretarios de Relaciones Exteriores y de Economía, Marcelo Ebrard y Tatiana Clouthier, respectivamente, así como al subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell y 50 personas más que estuvieron en contacto con él, como si fueran todos inmunes a lo que hoy padecen casi 2 millones de mexicanos. 

Incluso hay quienes lejos de manifestar su preocupación por el presidente, afirman que es solamente una estrategia  política  para ganarse la compasión y empatía de quienes ya no tienen aceptación por su proyecto de nación, sumado a que estamos en medio de un proceso electoral.  

MÉXICO, ¿PARA CUÁNDO?

Y ya que es imposible pasar por alto el tema del coronavirus, España se suma a Estados Unidos al exigir a los mexicanos la prueba negativa de COVID-19 para poder entrar a su nación. 

Alemania ha establecido medidas para reducir el tráfico aéreo prácticamente a cero, al igual que otros países del continente europeo. 

Definitivamente eso es lo correcto, no hay ningún lector que permitiría entrar a su casa a una persona sospechosa y mucho menos contagiada del virus. 

La pregunta del millón sería, ¿Y México para cuándo? 

LUZ AL FINAL DE TÚNEL

Parece que sí hay luz al final del túnel. El  Fondo Monetario Internacional tiene buenas noticias para nuestra nación pues manifestó que han mejorado las expectativas de crecimiento económico de México, y esto se debe al desempeño que han tenido las exportaciones. 

A pesar de que advierte que la recuperación llevará tiempo, por lo menos brinda esperanza a un país que tiene cifras de desempleo agonizante.  

Además aclara que los resultados están condicionados al avance de Estados Unidos, dato que no revela absolutamente nada nuevo; estamos acostumbrados a esta dependencia económica  con los vecinos norteamericanos.