Opinión

El divorcio: cuando los caminos se bifurcan

“Me sentía muerta en vida. Deprimida. Asustada, con miedo de que algún día él perdiera el control. Siempre con ganas de llorar cuando estaba a solas. Por más que le decía a mi ex esposo que el amor y las ganas de seguir ya se habían terminado, él de alguna u otra forma me retenía, a veces con amenazas y agresiones, otras con detalles, o yo simplemente no sabía cómo irme.

“Luego me enteré que (en Coahuila) existía el divorcio exprés, fui con una amiga a unas oficinas y consulté, y prácticamente ella me empujó a hacer el trámite; no sabes lo bien que me sentí cuando firmé el papel, aunque por mucho tiempo estuve en la angustia de vivir represalias de mi ex”.

Así es como recuerda Martina su disolución de matrimonio, el cual consumó hace seis años a través de la figura del divorcio exprés, procedimiento que puede ser solicitado por uno o ambos cónyuges sin necesidad de causal; basta la presentación de una solicitud y convenio ante el juez de lo familiar, quien lo validará y otorgará la fuerza de sentencia.

“Me explicaron que no necesitaba justificar las causas, sólo era llenar una solicitud para que el proceso fuera promovido y la demanda procediera, y así lo hice”, recuerda.

“Él me pedía que le diera hijos. Yo no podía embarazarme, y nos hicimos unos análisis. Resultó que soy estéril y bueno, cuando nos enteramos para él fue mucha frustración y enojo, y todo cambió, su forma de tratarme, de ser conmigo. Ya me hablaba y gritaba muy feo. En un intento por salvar nuestra relación le sugerí que adoptáramos, pero él rechazó la idea.

“Viví varios años así, sometida; me sentía a veces sólo una de sus pertenencias, un mueble; la verdad sí sufrí”, confiesa la mujer de 36 años, que poco a poco fue acumulando el coraje y la valentía necesarios para “deshacerse” de él, a pesar de la negativa de su madre por el “qué dirán”.

CON LA VOLUNTAD QUE SE UNIERON, PUEDEN CONCLUIR

La figura del divorcio incausado en Coahuila se reconoce desde 2013. Antes de esta fecha toda persona unida en matrimonio que quisiera divorciarse debía recaer el actuar de su pareja en una causal que diera pie al divorcio, señala la diputada local Luz Elena Morales Núñez.

“Es decir, la ley nos otorgaba 21 causales, por mencionar algunas: el adulterio debidamente probado de uno de los cónyuges; la separación del hogar conyugal; la impotencia incurable que sobrevenga después de celebrado el matrimonio, si no se debe a edad avanzada; y la violencia intrafamiliar que tienda a causar daño a cualquier miembro de la familia como maltrato físico, psicoemocional y sexual.

“Antes, para poder demandar el divorcio, tenías que recaer forzosamente en una de estas causales, y originaba procedimientos largos y costosos. Ahora, desde la creación del divorcio exprés se eliminan procedimientos complejos, requisitos innecesarios y se agiliza el proceso. Basta con la voluntad de uno de los contrayentes para concluir el matrimonio”, explicó la legisladora, “y disminuye la violencia ejercida entre los cónyuges cuando uno no quería finalizar el divorcio.

“Sin duda lo veo como un avance en el Derecho de las personas, porque con la voluntad con la que se unieron, con esa misma voluntad puede concluir”, señala Morales Núñez.

Coahuila, top nacional en divorcios

A man and a woman are sitting at a table talking, quarreling with each other, a real quarrel, household issues

Hay quien opina que casarse no es una meta, sino la consecuencia de una relación que suma a tu vida. Divorciarse no es, en contraparte, un fracaso, sino la consecuencia de una relación que dejó de sumar a tu vida.

El divorcio es la disolución definitiva de un matrimonio emitida por un juez, es decir, la separación legal de los cónyuges que se tramita por la vía administrativa o judicial.

En Coahuila, en 2021, 11 mil 817 parejas contrajeron matrimonio, y por cada 100
casadas hubo 53 divorcios, es decir, 6 mil 230, señala el Observatorio de la Laguna, con base en datos obtenidos del INEGI y estadísticas de nupcialidad.

Si bien las causas de separación de este fenómeno social son multifactoriales, la balanza se inclina más al tema económico. Pero no es el único; la violencia intrafamiliar, la pérdida de intereses comunes, incluso la insatisfacción sexual, detonan las rupturas.

En México la tasa de matrimonios y divorcios tuvieron una caída considerable durante 2020, pero, a nivel Estados, Coahuila lidera las listas en ambos aspectos.

El Inegi señala que la entidad tiene el mayor número de enlaces, con 5.5 por cada mil habitantes, superando a Quintana Roo, Sinaloa, Sonora y Guerrero; el estado registró 11 mil 817 bodas en 2020, 0.6 por ciento de ellas entre personas del mismo sexo (46 de mujeres, 31 entre hombres).

En contraparte, en el tema del divorcio se ubica sólo detrás de Aguascalientes, con 28.8 por cada 10 mil habitantes de 18 años o más (Aguascalientes revela 30.6 divorcios por cada 10 mil).

En Coahuila, el año pasado apenas 258 divorcios terminaron por un acuerdo mutuo, de 6 mil 230 casos que tomaron otras causas para la disolución de la unión.

RELACIÓN QUE NO FUNCIONA, DEBERÍA DEJAR DE SERLO

“Durante décadas la mayoría de los matrimonios con problemas soñaban con que los trámites de divorcio fueran más sencillos. Desde mi punto de vista es un mundo evolucionado en todos sus aspectos, la sociedad obtiene información constantemente y, por supuesto una relación que no funciona, simplemente debería dejar de serlo”, justifica la abogada Elsa Jazmín Lomas Ramírez.

“La institución del matrimonio es importante, pero para muchos sólo por la ceremonia y el ideal social que representa; reconocer que el matrimonio tiene sólo valor social y no jurídico como un derecho absoluto es lo que no permite a concubinas e hijos ilegítimos recibir lo que merecen”, señala.

QUISE QUEDARME POR AMOR

Para Alfonso, descubrir la infidelidad de su ex esposa representó un duro golpe a su autoestima. Fue algo impensable, no presupuestado.

“¿Cómo ella, siendo lo maravillosa que se mostró, pudo caer en eso, y por tantos años? ¿Cómo pudo hacerme ese daño a mí y a nuestros hijos, sin pensar en las consecuencias?”, se cuestiona.

Aunque intentó perdonarla, no dio resultado: “Me tomó la medida. Volvió a engañarme tiempo después, y con el mismo señor. A lo mejor nunca dejó de verlo. Cuando por fin descubrí y acepté en mis terapias que ese no era el tipo de relación que yo quería tener para mí, simplemente tramité el divorcio y acá estoy, buscando la forma de salir adelante”, platica.

Ingeniero de profesión, consintió que sus hijos, que estudian primaria y secundaria, se quedaran a vivir con su ex mujer: “me recomendaron que fuera así, pues les afectaría menos. El abogado me consiguió convivencia abierta”, comenta, “divorciarme no es algo que hubiera deseado, hay muchos estigmas y señalamientos sociales, pero más que nada, era por amor que deseaba quedarme, no tanto por el qué dirán, pero, si en el matrimonio a uno ya no lo quieren, no lo respetan, no le dan su lugar, para qué quedarse, ¿No?”, reflexiona.

DECISIÓN QUE DEBE TOMARSE A CONCIENCIA

El divorcio en estos días que vivimos no es una sorpresa, y tomar la decisión de tramitarlo debe ser a conciencia, aconseja Concepción de la Rosa Vázquez, juez primera del Registro Civil en Coahuila.

“A veces surge el choque entre ambos, padre y madre, y uno y otro se preguntan: ¿Vale la pena seguir unidos sólo por la obligación de los hijos? Es la hora de reflexionar sobre dónde están parados, es necesario no actuar impulsivamente y correr a buscar un abogado para tramitar un divorcio.

“Son decisiones que se tienen que tomar después de reflexionar concienzudamente. Cuando se toma una decisión de esa manera es positivo para nuestra vida y de la familia; no soy alguien que esté en contra del divorcio, lo veo como una solución donde se tienen problemas que afectan la vida familiar, pero sí recomiendo que reflexionen mucho y se tome la decisión en común, en pareja”, señala.

¿Cuál es mi consejo?: reflexión, serenidad y tomar la decisión correcta. Pueden tener una mejor vida o arrepentirse y dejar lo más bueno que tenían. Lo importante es no involucrar a los hijos en sus problemas personales. Ellos tienen derecho a vivir una vida sin pagar culpas ajenas”, recomienda.

Man beating up his wife illustrating domestic violence

LOS INTERESES COMUNES PERDIERON VIGENCIA

Un divorcio puede derivar de un exceso de convivencia, falta de trabajo o presión emocional, y la idea de vivir sin dolor, señala la psicóloga y terapeuta Yolanda Amezcua Camacho.

“En los recientes tiempos de la pandemia COVID-19, por un lado, hay un exceso de convivencia en personas que no estaban acostumbradas a convivir tanto al día, porque muchas cosas cambiaron a trabajo desde casa, y por otro, hay baja tolerancia a la frustración y el dolor, ante una problemática de pareja ya no se tolera tanto porque hay un tema de satisfacción instantánea que viene dado por las redes sociales, por vivir rápidamente, por querer que todo se resuelva sin pasar por procesos.

“Y también suma la presión emocional que da el estar encerrados o el estar con un temor social. La causa general de un divorcio es por intereses que perdieron vigencia de una u otra parte, la mayoría de las personas comentan que los intereses y proyectos en común se modificaron, perdieron sentido, y en vez de generar nuevos intereses lo que hicieron es buscar nuevas personas con intereses similares”, concluye.

EL MATRIMONIO SE HA DESVALORIZADO

La realidad de los divorcios en nuestra sociedad actual tiene que ver con el grado de compromiso que uno asume con una persona, opina el obispo de la Diócesis de Saltillo, Hilario González García.

“Desgraciadamente está la distinción que se hace entre el matrimonio civil y el matrimonio de la iglesia. Como el matrimonio civil es el más popular en el sentido de que se ve como un contrato que se hace y se deshace, eso ha infectado también el sentido del matrimonio sacramental.

“El matrimonio se ha desvalorizado. Desde el punto de vista de la fe, ha perdido el nivel espiritual sacramental propio del matrimonio, y se ha visto también como otro evento, otro contrato, otro compromiso que puede hacerse y deshacerse”, señala el prelado.

“Ciertamente, las relaciones interpersonales del mundo actual son más complicadas, ya no son tan estables. Hay mucha movilidad, a veces hay mucha inseguridad y eso repercute, también a veces se habla de esta mentalidad divorcista: ‘si no funciona, me divorcio’, ya todo mundo va con esa carta, esa puerta de salida”, considera.

NO PERJUDICAR A LOS HIJOS

Pero, ¿Cómo afecta a los alumnos el divorcio o separación de padres?

“Esto depende del tipo de divorcio. Hay algunos donde los hijos están de acuerdo porque consideran que es lo mejor para todos, sobre todo en aquellos que hay violencia y en esos casos en lugar de afectar es un beneficio en su seguridad”, señala Iveth Sánchez Ordóñez, directora de la Escuela Secundaria Técnica 70 “Patria y Libertad”.

“Los divorcios donde los hijos no lo desean suele afectar en su seguridad y autoestima ya que pueden sentir que los han abandonado, hay mucha incertidumbre y falta de confianza, resentimiento hacia los padres que puede afectar su relación”, opina.

“En la escuela podemos verlos pensativos, retraídos, lo cual afecta en su desempeño académico. Otros pueden tornarse violentos como una forma de manifestar su enojo con la vida. Si no se recibe apoyo por parte de la familia o de ser necesario terapia, pudiera desencadenar una depresión”, advierte la educadora.

“Socialmente pudieran resultar fáciles de persuadir por malas amistades y caer en vicios debido a su necesidad de aceptación y tristeza. Académicamente afecta en el rendimiento, su pensamiento está en sus problemas familiares y sus evaluaciones bajan hasta el grado de una reprobación o deserción.

“Como escuela debemos estar enterados para poder apoyar en cuanto a nuestras manos podamos, ya sea con equipo de especialistas o con el personal docente que lo atiende”, señala.

El impacto psicológico en los hijos tras el divorcio de sus padres es un aspecto que no puede quedar a la deriva, coincide la abogada Jafia Pacheco Valtierra.

“Es importante que los involucrados en un divorcio acudan con expertos con motivo de las secuelas derivadas de la disolución del vínculo matrimonial”, recomienda.

En Coahuila el divorcio está regulado por la Ley para la Familia, y jurídicamente, en cuanto a custodia y alimentos, no hay una regla universal, se atiende al caso concreto y en todo momento, si hay menores, se debe atender al interés superior de la niñez, añade.

“En la resolución de divorcio también se debe proveer sobre el pago de alimentos en favor del cónyuge que, teniendo la necesidad de recibirlos durante el matrimonio, se haya dedicado preponderantemente a las labores del hogar, no obstante que hubiera trabajado u obtenido algún tipo de ingreso producto de su esfuerzo, al cuidado de los hijos, o esté imposibilitado para trabajar y carezca de bienes que produzcan frutos, o se encuentre en una situación de vulnerabilidad por razón de su edad, condición de salud o discapacidad”, añadió.

En conclusión, si bien existen muchos estigmas al respecto, la disolución del matrimonio puede ser una salida sana a una relación fallida y que ya no rinde frutos; la separación de una pareja no tiene por qué ser el evento traumático que se asocia con la palabra divorcio: puede ser un paso más en la vida y la evolución de las personas y de las parejas.