Religión

El Evangelio de hoy 1 de Agosto: “Comieron todos hasta saciarse”

Del santo Evangelio según san Mateo: 14, 13-21

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, subió a una barca y se dirigió a un lugar apartado y solitario. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Cuando Jesús desembarcó, vio aquella muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos.

Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a los caseríos y compren algo de comer». Pero Jesús les replicó: «No hace falta que vayan. Denles ustedes de comer». Ellos le contestaron: «No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados». Él les dijo: «Tráiganmelos».

Luego mandó que la gente se sentara sobre el pasto. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado, se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.


Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN

Este relato del evangelio está lleno de enseñanzas, sin embargo, valdría hoy la pena reflexionar en lo que quizás encontramos al centro de éste, que es: «compartir». 

Es interesante cómo los apóstoles dicen: «Solo tenemos cinco panes y dos pescados» y quizás podrían haber agregado: «Pero estos son para que comamos nosotros «. Jesús nos enseña que es precisamente en el compartir, en donde se puede experimentar la multiplicación. En un mundo que vive cerrado sobre sí mismo, siempre ávido de atesorar, qué importante es poder experimentar que en el compartir está la felicidad y la paz del corazón. 

Es la experiencia que libera profundamente al hombre y lo hace ser auténtico ciudadano del Reino. Es precisamente cuando compartimos que somos capaces de romper nuestro egoísmo y cuando podemos decir en verdad, soy libre. Las cosas tienden a sujetarnos y llegan hasta hacernos esclavos de ellas. 

El Ejercicio de compartir nos asegura que la redención de Cristo, ha sido operada en nosotros. Contrariamente a lo que se podría pensar, la única forma de ser verdaderamente rico, es compartiendo y compartiéndonos. No dejes pasar este día sin tener esta magnífica experiencia de compartir.