Religión

El Evangelio de hoy 16 de Enero: “No he venido para llamar a los justos, sino a los pecadores”

Del santo Evangelio según san Marcos: 2, 13-17

En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a caminar por la orilla del lago; toda la muchedumbre lo seguía y Él les hablaba. Al pasar, vio a Leví (Mateo), el hijo de Alfeo, sentado en el banco de los impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaron a la mesa junto con Jesús y sus discípulos, porque eran muchos los que lo seguían. Entonces unos escribas de la secta de los fariseos, viéndolo comer con los pecadores y publicanos, preguntaron a sus discípulos: «¿Por qué su maestro come y bebe en compañía de publicanos y pecadores?»
Habiendo oído esto, Jesús les dijo: «No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido para llamar a los justos, sino a los pecadores».

Palabra del Señor. 
Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN

La palabra de Dios quiere poner hoy nuestra vida ante la mirada de Dios. Quiere penetrar con toda su fuerza y eficacia para traernos luz y salvación. Pero ¿qué ven los ojos de Aquel a quien tenemos que rendir cuentas?

Estos ojos ven TODO, ciertamente, nada está oculto ante ellos; ni los deseos de una vida plena, ni las intenciones un poco torcidas que se nos vienen a la mente. No están ocultos nuestros afectos ni las necesidades que experimenta nuestro cuerpo. Estos divinos ojos ven nuestros desvelos y sufrimientos, nuestras alegrías y esperanzas. Conocen la frustración que experimentamos cuando no obramos como quisiéramos. Sabe de nuestros temores y debilidades, pero también de los talentos y capacidades que ha depositado en cada uno.

Hermanos, No lo dudemos, Él nos conoce aún mejor que nosotros mismos.