Religión

El Evangelio de hoy 16 de Noviembre: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!»

Del santo Evangelio según san Lucas: 18, 35-43

En aquel tiempo, cuando Jesús se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado a un lado del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello, y le explicaron que era Jesús el nazareno, que iba de camino. Entonces él comenzó a gritar: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!». Los que iban adelante lo regañaban para que se callara, pero él se puso a gritar más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!».
Entonces Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?». Él le contestó: «Señor, que vea». Jesús le dijo: «Recobra la vista; tu fe te ha curado». Enseguida el ciego recobró la vista y lo siguió, bendiciendo a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.

Palabra del Señor. 
Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN

Hoy quisiera destacar la actitud de los que iban o estaban siguiendo a Jesús, quienes reprendían al ciego para que se callara, impidiendo que se acercara a él. Y me pregunto, ¿cuántas veces nosotros en lugar de ayudar a los demás para que se acerquen a Jesús somos obstáculo para ello?

Muchas veces nuestro testimonio, nuestra preferencia por las cosas del mundo, nuestra falta de compromiso cristiano, son elementos que pueden impedir que este mundo ciego se acerque a Jesús y recobre la vista.

Hermanos, Veamos en estos días si nuestra vida está siendo una verdadera invitación para que los demás se acerquen a Jesús.