Religión

El Evangelio de hoy 8 de Noviembre: “Estén pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora»

Del santo Evangelio según san Mateo: 25, 1-13

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los cielos es semejante a aquellas diez jóvenes, que tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. 
Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó un grito: `¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!’. Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: `Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando’. Las previsoras les contestaron: ‘No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo’.Mientras aquéllas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: ‘Señor, señor, ábrenos’. Pero él les respondió: ‘Yo les aseguro que no las conozco’.
Estén pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora».

Palabra del Señor.
 Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN

La iglesia primitiva ha alegorizado, sin duda, la propuesta de Jesús en razón precisamente de la «parusía» que no llegaba, pero que podía llegar en cualquier momento. Este es un problema muy discutido. La frustración en la primera o segunda generación cristiana, sobre la llegada de la «parusía» o la plenitud del Reino de Dios, no se ha resuelto adecuadamente.

Por ello, la diez vírgenes son representación de una comunidad, de la comunidad cristiana. ¿Habría aceite en las lámparas para ese momento? En definitiva ¿habría sabiduría?Sabernos que esta es una parábola de «crisis», no para atemorizar; sino para mantener abierta la esperanza a esa dimensión tan importante de la vida.

Entonces, ¿qué es la parusía?
Lo importante es estar preparados para la venida del esposo, el personaje que se hace esperar. Se habla de una «presencia» (que eso significa «parusía) ante los que esperan.

Por tanto, no es cuestión de entender el tema en términos cósmico-físicos, sino de cómo nos enfrentamos a lo más importante de nuestra vida: la muerte y la eternidad: ¿con sabiduría? ¿con alegría? ¿con aceite, con luz? ¿con esperanza?

Este mundo puede ser «casi» eterno, pero nosotros aquí no lo seremos. Estamos llamados a una «presencia de Dios» (parusía) y eso es como unas bodas: debemos anhelar amorosamente ese momento o de lo contrario seremos unos necios y no podremos entender unos desposorios de amor eterno, de felicidad sin límites.