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El incendio en el Bronx, causa dolor en Gambia

Banjul, Gambia. – (Agencias) La muerte de padres, madres, hijos, hermanos, sobrinos y nietos, en total 18 miembros de una comunidad de inmigrantes muy unidos, en el fatídico incendio de un edificio de 19 pisos el Bronx, en Nueva York, ha ensombrecido a dos pequeñas aldeas al otro lado del mundo, en Gambia.

El domingo pasado, por la mañana, Ebrima Dukureh, de 60 años, recibió una llamada en su casa de la ciudad gambiana de Allunhari. Era su sobrino, Haji Dukureh, de 49 años, que llamaba desde la ciudad de Nueva York para reportarse como lo hacía de manera regular. Los dos hombres se pusieron a platicar y a ponerse al día con las noticias, se preguntaron por la familia, e intercambiaron bendiciones.

These Are the 17 Victims of the Bronx Twin Parks Fire - THE CITY
Haji Dukureh y su familia

Unos minutos después de terminar la llamada, Haji envió un mensaje de voz que decía: «Es posible que me demore en enviar el dinero, pero si necesita algo o hay una emergencia, dígamelo de inmediato, no espere». Fue la última vez que Ebrima oyó su voz.

Esa noche, en el Bronx, al otro lado del mundo, un incendio arraso el conjunto de departamentos donde vivía Haji, matando a él, a su esposa Haja y a sus tres hijos, junto con 13 vecinos más. Ocho de las víctimas fatales eran niños, y la mayoría de ellos tenían familiares en el pequeño país africano. La tragedia del domingo enluto los hogares en ambos lados del mundo.

Haji había llegado hacía 17 años a Nueva York y vivía, junto con muchos gambianos que tenían raíces en Allunhari y Soma, otra ciudad gambiana, en el 333 de East 181st. Street. Desde la década de 1980, el edificio de 19 pisos, había sido lugar de llegada de muchos gambianos y otros africanos que buscaban un mejor futuro en Estados Unidos.

Los ojos de Ebrima aún se mantenían rojos causado por el llanto al recorrer las fotos de su sobrino y su familia en teléfono, escribe The Guardian. Aunque de una edad similar, Ebrima se había convertido en una figura paterna para Haji cuando sus padres murieron. Aún después de emigrar, mantuvo siempre el contacto con la familia.

Wounds of Bronx fire felt half a world away in the Gambia | The Gambia |  The Guardian

Como todas las familias de los migrantes en Allunhari, se mantienen con medios limitados, dependiendo de la agricultura y las remesa de sus hijos, hijas, esposos y esposas que se han ido a buscar fortuna a otros países africanos o más lejos.

Haji ganaba salarios modestos haciendo “trabajo nocturno” en Nueva York, dijo Ebrima, pero también enviaba dinero a familiares e incluso vecinos cuando celebraban. Las remesas tiene un enorme impacto en un país donde el 48% de su población vive en la pobreza, según la Organización de Naciones Unidas (ONU). De acuerdo con el Banco Central de Gambia, las remesas significan el 20% de su PIB.

El incendio aturdió a la gente en Allunhara. No ha habido declaración oficial sobre la tragedia pero el dolor por las muertes se ha apoderado del pueblo. Existe un ánimo sombrío entre las personas. “Aquí nunca ha pasado algo así”, dijo un transeúnte a The Guardian. “Familias enteras pereciendo, ¿cuándo hemos sido testigos de eso?”.

Unas pocas horas al oeste, en Soma, los amigos llegaron a la casa de la familia Tunkara. Algunos trajeron comida, dinero o regalos. Otros simplemente se sentaron y recordaron a Fatoumata Tunkara, de 41 años, y a su hijo Omar, de 13 años, quienes murieron en el incendio.

Mom visiting friend with son among dead in Bronx high-rise fire - New York  Daily News
Fatoumata Tunkara, de 41 años, y a su hijo Omar, de 13 años

Su hermana, Aji Mama Tunkara, sacó unas fotos deshilachadas de Fotoumata en Soma, donde nació, y en Nueva York a donde se mudó hace 20 años. “No tuve ningún hijo y después de dos años nuestra difunta madre me dio la responsabilidad de criarla. No solo era una hermana, sino como mi hija”, dijo Aji. Fotoumata también había ayudado a la familia a mejorar su nivel de vida con las remesas mensuales que enviaba.

Fotoumata no vivía en el edificio siniestrado, había ido por su hijo al departamento de la niñera que lo cuidaba ahí, dijo Jaha Dukureh, una destacada activista de derechos humanos que nació en Soma y ahora vive en Atlanta, en Estados Unidos. “Cuando fue a buscarlo era muy tarde, así que decidió quedarse, y luego ocurrió el incendio”, dijo Dukureh.