Opinión

EL LUTO ES PARA LA CLASE TRABAJADORA

Sería ocioso iniciar esta redacción diciendo que los feminicidios han incrementado, pues es una verdad absoluta que todo México conoce.

Con ellos también ha crecido la corrupción, la impunidad y la injusticia.

Es el panorama del México de siempre: autoridades insensibles, corrompidas, mentirosas y comprometidas con la política, pero nunca con las necesidades de quienes solventan sus sueldos.

El de Debanhi Escobar es el caso de la mayoría de mujeres desaparecidas, un hecho con investigaciones infructuosas, en donde cada camino lleva a un callejón sin salida.

¿Y qué se le va a hacer? Las familias de las mujeres a quienes le arrebatan los sueños son como usted y como yo: gente de trabajo diario, sin influencias y llena de necesidades por cubrir.

Contra el poder de cerrar una carpeta, simples terrenales, nada podemos hacer.

A ellos sólo les resta vivir con el dolor, y a nosotros abrir los ojos enormemente para mantenernos a salvo.