Cultura

 Emily Dickinson, un poema

Una Hermana en nuestra casa tengo,
y otra por un seto separada.
Aunque solo está inscrita una,
me pertenecen ambas.

Una siguió el camino que seguí – y llevó
mi vestido de años anteriores –
la otra, como un pájaro el nido
construyó en nuestros corazones.

No cantaba como nosotros,
otra melodía tuvo–
a sí misma se hacía música
como el Abejorro en junio.

El Hoy queda lejano de la Infancia –
pero colinas arriba y abajo –
para acortar las millas
apreté fuerte su mano –

Y aún su tarareo
pasado tanto tiempo
a la Mariposa hace dolo;
todavía en sus ojos
yacen las violetas
por tantos mayos descompuestas.

Yo derramé el rocío –
pero me llevé la mañana –
elegí esta estrella diferente
de entre los números de la vasta noche –
Sue – ¡para siempre!

Traducción de Antonio Rivero Taravillo