Cultura

Enfilando hacia el norte, por Miguel Ángel Gómez

Cita a John Steinbeck al que lee “buscando allá en los límites / la prodigalidad de la existencia”, entiende su poesía como un avanzar hacia el ejercicio del pensamiento. Otro de sus poemas, “Sevilla, primavera de 1992”, puede relacionarse con el haiku: “Una gata ovillada en un rincón / era entonces la muerte”. Evocaciones de ciudades y espejos que asoman para darnos nuestra imagen actual en medio del fragor de los días, de todo eso hay en Julia Bellido. Es un libro que solo podía haberse escrito teniendo una ventaja, la ventaja de haber vivido y sentido, por igual, el olor a cerrado y el triunfo, el misterio y lo inofensivo, el silencio y el asombro.

Lo cierro seguro de mí mismo y enfilando hacia el norte. La sesión de música sigue y no hay nada más dulce que adueñarse de la literatura. Agarro mi bolígrafo, extraordinariamente sensitivo y fluctúo hacia adentro, como un destello de luz sobre el susurro de una hoja al caer. Voy sin ira tramposa mientras ventajistas tratan de no cojear en el horizonte de algodón. Tengo un DeLillo, un Anaïs Nin, un Robert Hass, un Mark Winderlich, un Gilbert-Lecomte y la luna llena.