Rabat, Marruecos. – (Agencias) Para el presidente de España, Pedro Sánchez, a partir de este miércoles está finiquitada la crisis que ha enfrentado a España y Marruecos durante los últimos 10 meses. Este cambió en la posición del gobierno español se debió a la aceptación, esta vez, de la autonomía propuesta por Rabat para el Sáhara Occidental.
Sánchez celebró la «nueva relación» con Marruecos durante una visita a las ciudades de Ceuta y Melilla. «El resultado de todas esas negociaciones es un buen resultado para España y es un buen resultado también para Marruecos (…) Pero creo que no es solamente cerrar ese capítulo. Lo más importante es que sentamos las bases de una relación mucho más sólida, mucho más fuerte y con el Reino de Marruecos», señaló.
“Y en ese sentido creo que hay aspectos que se consolidan en esta nueva relación, vinculados con la seguridad, vinculados con el control migratorio, relacionados también con los sólidos vínculos económicos y comerciales que tenemos con Marruecos y lógicamente, también construyendo una relación sólida y sincera, basada en el respeto mutuo y a la integridad territorial de ambos países. A mí me parece que es una extraordinaria noticia para España y también para Marruecos».
Sánchez argumento su decisión a que está se alineaba a la posición que, sobre el Sáhara Occidental, establecieron Francia, Alemania o la Comisión Europea. Sin embargo, no abordó el efecto de la decisión a las relaciones con Argelia.
«Este es un acuerdo entre el Gobierno de España y el Reino de Marruecos y, efectivamente, nosotros con Argelia tenemos también unas extraordinarias relaciones», aseguró. Paralelamente, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, defendió la nueva posición del Gobierno ante el Parlamento español.
«España tiene que dejar de ser un espectador y hablar internamente de la cuestión del Sáhara y jugar internacionalmente junto con el enviado especial para resolver una cuestión que dura 46 años, señorías», afirmó Albares.
Más allá de los argumentos esgrimidos por el ministro de Exteriores, el cambio de postura del Gobierno de Sánchez desató una tormenta política en España y provocado una situación tensa con Argelia, que ha retirado a su embajador en Madrid.
Este país, ha apoyado el movimiento independentista del Frente Polisario, que reclama la autodeterminación del Sáhara, además de ser enemigo declarado de Marruecos. El país magrebí suministra a España el 40% del gas que consume, lo que pone en riesgo que esa dependencia la utilice como represalia contra Madrid, lo que sería un fuerte golpe en este momento, cuando Europa se encuentra inmersa en una crisis energética.
