Al ser México el país que cuenta con mayor índice de obesidad infantil y Coahuila uno de los estados que se encuentra entre los primeros lugares en dicha problemática, Barbara Pérez Pedraza, de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Coahuila, llevó a cabo una investigación para conocer cómo los factores sociales fomentan los problemas alimenticios en niños.
Pérez Pedraza pertenece al Cuerpo Académico Psicología Clínica y de la Salud y tiene como Línea de Investigación la evaluación e intervención en procesos psicológicos clínicos y de la salud.
Señaló que si bien la pandemia por Covid-19 provocó que disminuyera la actividad física en los niños, esto no es el único que puede generar sobrepeso en la población infantil, ya que existen factores sociales que se viven en el día a día que están influyendo.
“Las normas que establecemos o dichos que usamos en la vida diaria cuando alimentamos a nuestros niños, desde el clásico consejo de las abuelitas de comete todo lo que está en el plato u otro dicho que dice almuerza como rey, come como príncipe y cena como mendigo, estamos rodeados de una serie de estereotipos de cómo tenemos que alimentarnos”, dijo.
Por lo anterior, señaló que en el pasado se tenía la creencia de que si un niño estaba gordito era sinónimo de salud y actualmente se sabe que la obesidad infantil lleva al desarrollo temprano de enfermedades como hipertensión, diabetes, entre otras.
“Hay que hacer énfasis en la forma en como nos estamos hablando referente a la alimentación; cuando decimos “es que esa comida es para conejos”, o expresamos “esta sí es comida” y nos referimos a una hamburguesa o un filete grande de carne, ese tipo de mensajes están teniendo un gran impacto en los niños, por encima incluso de lo que observan que sus papás comen”, recalcó.
Para finalizar, agregó que es importante que los adultos analicen cómo se expresan cuando se trata de la alimentación, ya que los niños son como esponjas y absorben todo lo que escuchan y observan.
