Minneapolis, Minnesota. – (Agencias) Todo comienza inocentemente, un humano entra a la tienda de mascotas y decide tener una pecera. El pequeño pez Dorado nada sin alterar los hábitats nativos, en su linda pecera.
El problema empieza en el momento en que el humano que lo puso ahí decide cambiar la decoración. No queriendo lastimar a la pequeña mascota, pero tampoco quedarse con ella, decide liberarla en lagos, ríos o canales de agua.
Para los expertos, la intención es buena, pero es una peligrosa y potencialmente perjudicial decisión. Funcionarios de Burnsville, cercana a Minneapolis, demostraron el por qué la semana pasada.
Después de que los habitantes de Burnsville y su vecina Apple Valley se quejaron de que el lago estaba infestado de estos peces, las autoridades comenzaron a inspeccionar la población.
Junto con la empresa Carp Solutions, especialista en plagas, las autoridades enviaron un equipo a investigar. Los investigadores se llevaron una sorpresa al ver el tamaño de los peces.
Compartieron fotografías de varios peces Dorados sacados del lago local, del tamaño de una pelota de futbol. De acuerdo con las autoridades, los peces pueden crecer y causar daños.
“Tú vas en la tienda de mascotas y ves esos pequeños peces Dorados”, dijo Caleb Ashling, especialista en recursos naturales de Burnsville, en una entrevista.
«Cuando sacas un pez Dorado del tamaño de un balón de fútbol del lago, te hace preguntarte ¿cómo puede ser el mismo tipo de animal?».
Lejos de ser un animal inocuo, un pez Dorado liberado en agua dulce es una especie invasora. Cuando un organismo se introduce en un ambiente, puede reproducirse rápidamente superando a las especies nativas y destruyendo el hábitat.
A pesar de que reciben menos atención que otras especies invasoras, como la carpa asiática o los mejillones cebra, los peces Dorados se han convertido en un problema en los cuerpos de agua de Estados Unidos y del Mundo.
Para Przemek Bajer, propietario de Carp Dolutions y profesor de especies acuáticas invasoras en la Universidad de Minnesota, el problema ha empeorado. “Las fuentes parecen ser antiguos peces y sus progenies”.
“Parecen estar cada vez más extendidos”, comentó Bajer. “Piensa cuantos peces Dorados se han vendido a nivel nacional y cuantos se han liberado”. “Ese es un vector de introducción bastante grande”.
Carassius auraus, nombre científico del pez Dorado, puede vivir hasta 25 años, pesar casi 2 kilos y medir más de medio metro.
Son sorprendentemente resistentes a condiciones severas y pueden pasar los inviernos en cueros de agua totalmente congelados, viviendo meses sin oxígeno.
Esta cualidad, dijo Bajer, «los hace muy, muy difíciles y les permite dominar ciertos tipos de ecosistemas».
Los peces dorados, al igual que sus parientes las carpas, se alimentan en el fondo de los lagos. Arrancan las plantas y agitan los sedimentos, dañando la calidad del agua lo que puede conducir a floraciones de algas que afectan a otras especies.
En el condado de Carver, no muy lejos de Burnsville, los peces Dorados han plagado una cadena de lagos en menos de dos años, creando un grave problema a los funcionarios de administración del agua y costando dinero a la localidad mientras intentan combatir el problema.
El año pasado, los trabajadores del condado retiraron un estimado de 30,000 a 50,000 de los peces en un día.
La situación es tan preocupante que, según The Washington Post, los estados de Virginia y Washington, en Estados Unidos, y Australia, Canadá y otros países, han lanzado una alerta sobre este problema.