El éxodo registrado desde Nuevo León el fin de semana pasado hacia Saltillo no pegó a la capital del estado.
El gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme Solís, dijo que la coordinación entre el ayuntamiento de Saltillo y el estado permitió que la desbandada de ciudadanos neoloneses no los tomara por sorpresa.
La colocación de filtros en la carretera retornó a varios ciudadanos que no justificaron su visita a la ciudad.
De la misma forma operaron los protocolos en restaurantes y otros negocios, que no permitieron un descontrol ante la llegada inesperada de miles de visitantes.