Internacional

Feijóo, nuevo líder del PP con pasado obscuro

El presidente gallego llega como dirigente de un PP dividido por la guerra interna, pero su expediente no es precisamente inmaculado

Madrid, España. – (Agencias) Alberto Núñez Feijóo, nacido en Ourense, Galicia, en 1961, ha decidió subir a la cumbre del histórico partido de la derecha española, el Partido Popular (PP), para dirigirlo, y ha asumido la dirección en medio de un divorcio entre la carta fuerte para encabezar la candidatura a la presidencia de España, Isabel Díaz Ayuso, y el funestado Pablo Casado, que alimentó la división y los reproches internos.

Así, también, la llegada de Feijóo a Génova, la sede del PP que está a la venta desde abril de 2021 significa al mismo tiempo el regreso de la zaga gallega frente al partido, de acuerdo con el diario catalán Vilaweb. Feijóo, más allá de erigirse como el pacificador, levantará las banderas del marianismo que la censura de 2018 había condenado al ostracismo.

Las frases que definen el discurso de Alberto Núñez Feijóo para el nuevo PP
Alberto Núñez Feijóo

“Si algo ha sabido hacer, es aprovechar las oportunidades. Es un político pragmático y se ha construido una imagen de buen gestor, aunque esto es muy discutible”, ha dicho sobre él Antón Losada en VilaWeb. Feijóo recoge un PP muy distinto al que heredó Mariano Rajoy de Aznar.

En ese relevo también hubo una imposición interna, pero ahora la nueva dirección tendrá que hacer frente a la amenaza de Vox, el partido de extrema derecha española, que quiere alimentarse de la descomposición de la formación para ganar terreno electoral y comandar el relato del espacio de la derecha y de más allá en la política española.

Así pues, aparte de las aspiraciones y ambiciones de Ayuso, Feijóo deberá sortear con diligencia y distancia la relación turbulenta con la extrema derecha, sobre todo con la entrada de Vox en el gobierno de Castilla y León.

El ascenso de un funcionario amigo de los narcotraficantes

De acuerdo con el diario catalán Vilaweb, Feijóo, que es licenciado en derecho, se integró en el cuerpo de funcionarios de la Junta de Galicia en 1985, desde donde dio el salto a la política institucional en 1991, cuando fue nombrado secretario general técnico de la Conselleria de Agricultura. En este cargo duró poco más de tres meses, y después fue nombrado secretario general de la Conselleria de Sanidad que dirigía José Manuel Romay Beccaría , su gran mentor en el PP y la política gallega.

Marcial Dorado y Feijóo: no fue una tarde en un yate | España | EL PAÍS
Feijóo ( al fondo) y Marcial Dorado (i)

Durante esos años Feijóo fortaleció los lazos con el narcotraficante Marcial Dorado, discípulo del mítico contrabandista Terito, que también era militante de Alianza Popular, uno de los capos más importantes de las Rías Baixas y que ha sido condenado por contrabando de tabaco y tráfico de cocaína. Feijóo fue con él de viaje a Andorra, los picos de Europa, Cascais, Bayona y disfrutó unas cuantas veces de los lujos de sus yates, tal y como muestran unas fotografías publicadas por El País en 2013, y su mansión en la isla de Arousa.

Sobre la relación con Dorado, Feijóo siempre ha defendido que no tienen ningún vínculo y que nunca han hecho negocios juntos. Sin embargo, nunca se ha aclarado si la empresa de carburantes del narcotraficante, que blanqueaba parte de los millones de la droga, suministró carburante a los hospitales gallegos mientras él era secretario general de Sanidad. Una inundación estropeó los expedientes de esos años, según el gobierno gallego.

Ahora bien, la versión de Dorado es bastante distinta. En una entrevista con Jordi Évole, reconoció que eran buenos amigos antes de distanciarse por intereses políticos y problemas judiciales. “Ya es un político. No habla con el corazón, sino con el cerebro de un político. Duele, duele […] Si duermes en mi apartamento de Bayona y mi mujer te hace el desayuno, no es porque sea tu criada”, declaró.

Madrid, Correos y el Prestige

En el 2003, poco después del desastre del Prestige, regresó a Galicia para cubrir el agujero que había dejado José Cuiña , considerado el delfín de Manuel Fraga. Quien hasta entonces era vicepresidente de la Junta dimitió cuando la dirección estatal del PP filtró que una de las empresas de su familia había vendido material al gobierno gallego para limpiar las playas contaminadas de chapopote.

En 1996, con el nombramiento de Romay Beccaría como ministro de Sanidad de José María Aznar, Feijóo se trasladó a Madrid para asumir el cargo de presidente del Instituto de Salud español. Con el cambio de siglo y la salida de su protector del ministerio, Feijóo se desvinculó temporalmente de la sanidad y se convirtió en presidente de Correos, donde pilotó el final del monopolio público.

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José Manuel Romay Beccaría

Nuevamente instalado en Galicia, Feijóo fue nombrado consejero de Política Territorial, Obras Públicas y Vivienda. Aquel otoño, el gobierno de Aznar le condecoró con la Gran Cruz de Isabel la Católica, que “premia los comportamientos extraordinarios de carácter civil, hechos por españoles y extranjeros, que redunden en beneficio de la nación”.

En el último gobierno de Fraga, Feijóo, todavía bajo el amparo de Romay Beccaría, escaló posiciones dentro de la línea sucesoria, pero todo se precipitó en 2005. Aquel año fue nombrado vicepresidente primero de la Junta, y tras la retirada de Fraga, por ser incapaz de mantener la mayoría absoluta en las urnas, le catapultó a la presidencia del PP gallego.

Cuatro años más tarde, en unas elecciones ajustadísimas, el PP comandado por Feijóo recuperó la mayoría absoluta gracias a un escaño que perdió el Bloc Nacionalista Gallec (BNG). El 16 de abril de 2009, Feijóo fue investido presidente.

Trece años de presidencia

Al frente de la Junta, Feijóo ha querido construirse una imagen de dirigente moderado y buen gestor. Ahora bien, la realidad no es tan azucarada. Su gobierno ha utilizado con gusto las tijeras de los recortes, especialmente contra los sistemas de enseñanza y salud. Cerró escuelas, eliminó la gratuidad de los libros y limitó el uso del gallego, mientras reforzó el apoyo a los centros concertados.

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Feijóo (i) y Mariano Rajoy (d) en su primer periodo en el cargo

Por otra parte, ha reducido considerablemente el presupuesto de la atención primaria hospitalaria y ha amenazado a los médicos cuando han convocado huelgas en defensa de sus derechos. Además, el Tribunal Superior de Justicia gallego tumbó varias oposiciones que consideró fraudulentas porque buscaban promocionar a profesionales afines al PP.

Asimismo, sus interferencias también se han notado en la Corporación de Radio y Televisión de Galicia, donde los sindicatos han denunciado purgas y degradaciones de los profesionales independientes. En este sentido, también han reprochado al gobierno de Feijóo que utilizara los medios públicos de forma partidista y atacara constantemente a la oposición.

En el panorama financiero, su expediente de gestor tiene una enorme mancha: la fusión de Caixa Galicia y Caixanova. Esta macrooperación, que en teoría debía garantizar la solvencia y esencia gallega de las cajas, en palabras de Feijóo, acabó creando un agujero económico de 8,000 millones de euros que cubrió el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

Por si fuera poco, la entidad que nació de la fusión, NovaCaixaGalicia, como se llama actualmente, está en manos del banquero venezolano Juan Carlos Escotet. El erario público ha recuperado muy poco dinero de los millones que se volcaron en el agujero negro de NovaCaixaGalicia.

Sin ganas de molestar a los Franco

Los gobiernos de Feijóo han hecho lo mínimo para recuperar el Pazo de Meirás de manos de la familia del dictador Francisco Franco, aunque en el 2008 la alianza del PSOE y el BNG lo declaró bien de interés cultural para evitar que fuera completamente despojado. De hecho, la principal acción de Feijóo en la lucha por el pazo fue una multa leve a raíz de las reiteradas negativas de la familia del dictador español de abrir el espacio al público.

En 2017 llegó a decir que la expropiación del espacio para recuperarlo sería cómo aplicar un mecanismo franquista. “Los gallegos no queremos pagar dos veces al Pazo de Meirás. Lo pagamos en 1938 cuando lo dimos a la familia”, añadió. Sin embargo, tres años después, cuando la justicia sentenció que el espacio era de titularidad pública, Feijóo no tardó ni un segundo en reclamar su gestión en el estado.