El alcalde de Saltillo, Manolo Jiménez, encabezó lo que fue su último festejo a Saltillo como presidente municipal, y expresó que fue un placer y una gran satisfacción poder ser anfitrión de la fiesta de los saltillenses por cuatro años consecutivos, en donde cada festejo tuvo algo diferente y este último fue más especial por ser la antesala de la despedida.
Jiménez Salinas, acompañado de su esposa y su madre, observó el escenario con el que se le festejó a Saltillo, que en esta ocasión, el sol y la luna se combinaron para ser parte del paisaje, a lo que llamó una señal de que Dios participó en esta celebración del 444 aniversario.
El edil se manifestó emocionado por lo vivido y expresó que cierra con broche de oro porque no hay mejor manera de festejar que haber cumplido todos los compromisos hechos en campaña y que lograron ser una realidad con trabajo y esfuerzo.
