Washington, D.C. – (Agencias) El gobernador de Florida, Ron DeSantis, está siendo investigado por autoridades federales sobre el posible uso de fondos de ayuda COVID para financiar sus controvertidos vuelos de solicitantes de asilo de Texas a Martha’s Vineyard como parte de su esfuerzo por «transportar inmigrantes ilegales a destinos santuario».
La investigación busca saber si millones de dólares en intereses ganados en fondos de recuperación fiscal estatales y locales, desembolsados a través del Plan de Rescate Americano, se utilizaron para facilitar el transporte de unos 50 venezolanos de Texas a Massachusetts a mediados de septiembre, con una escala en Florida en camino.
El programa de fondos de recuperación tiene reglas estrictas sobre cómo se puede gastar el dinero. Los documentos indican que los funcionarios de Florida pagaron a Vertol Systems Co., con sede en Destin, Florida, 1.56 millones de dólares por el vuelo a Martha’s Vineyard y posiblemente por un vuelo a Delaware, el estado natal del presidente Biden, que finalmente no sucedió.
El Departamento del Tesoro dijo que la investigación «revisará la permisibilidad» de los estados que desvían la ayuda pandémica para «relacionados con la inmigración», escribió Richard Delmar, subinspector general del Departamento del Tesoro, en una carta del 7 de octubre al senador demócrata por Massachusetts Ed Markey, quien solicitó la investigación.
Markey dijo que DeSantis estaba «utilizando efectivamente el apoyo de COVID-19 para ganar puntos políticos» al explotar a los inmigrantes vulnerables, mientras que la Casa Blanca calificó el viaje a Martha’s Vineyard como un «truco político cruel y premeditado».
Delmar no indicó cuándo se completaría la investigación. Otras agencias de aplicación de la ley en todo Estados Unidos también han iniciado investigaciones de viajes de migrantes organizados por legisladores republicanos a bastiones demócratas.
La semana pasada, el alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, declaró el estado de emergencia por los miles de migrantes enviados desde los estados fronterizos del sur desde la primavera, diciendo que la demanda que se está imponiendo a la ciudad para que proporcione vivienda y otra asistencia «no es sostenible».
«Los neoyorquinos siempre han cuidado de nuestros hermanos y hermanas inmigrantes. Nos vemos en ellos. Vemos a nuestros antepasados en ellos», dijo. «Aunque nuestra compasión es ilimitada, nuestros recursos no lo son», dijo.
