Santiago, Chile. – (Agencias) Cuando la mayoría de los chilenos dormía en la madrugada del domingo, un grupo de jóvenes bailaba un “Pie de cueca” a plena luz del día y a 9,100 kilómetros de su nación.
Emocionados, celebraban a través del baile nacional haber sido los primeros chilenos en ejercer su derecho a voto en el histórico plebiscito constitucional de su país, debido a la diferencia de hora. En las urnas neozelandesas, el resultado fue holgado. Un 93% para el Apruebo y solo un 7% para el Rechazo.
Con este cómputo despertaron los ciudadanos en Chile para ir a votar desde las 08:00 horas locales, cuando se produjo la apertura de urnas en el territorio nacional. En total, el Servicio Electoral de Chile dispuso 48.000 urnas en 2.800 locales de votación, para que puedan asistir los 14.855.719 ciudadanos habilitados para este proceso.
También se abrieron urnasen 65 países del mundo, para el sufragio de los 59.522 chilenos residentes en el extranjero con derecho a voto. Es decir, de casi todos los rincones del planeta habrá un chileno participe de este histórico proceso, en el cual por primera vez se le pregunta al pueblo de Chile si quiere o no, una nueva Constitución.
La fiesta democrática
«Les pido que se sumen y voten para que todas las voces sean escuchadas», pidió el presidente Sebastián Piñera a través de Twitter, después de ejercer su voto. La solicitud se tornó casi un vaticinio cuando los medios de todo el país comenzaron a mostrar durante la jornada que millones de chilenos salieron desde sus casas a pesar de la pandemia y de los riesgos de contagio, haciendo largas filas y esperado horas, con tal de hacer uso de su derecho civil.
Aunque a las 16.00 hora local aún no se revela la cifra final de los que sufragaron, la gran cantidad de personas que repletaron algunos de los locales de votación dejaron postales que hacen suponer a pulso que la convocatoria podría ser distinta a la de la pasada elección presidencial de 2017, la cual debido al voto voluntario, registró más de un 50% de abstención. Una situación que amenazaba con repetirse este año a raíz de factores como el coronavirus.
En bicicleta, con casco y mascarilla, llegó pedaleando Rafael hasta la comuna de Providencia, en el sector este de Santiago para sufragar, contribuyendo a derribar la histórica tendencia que dice que los jóvenes votan menos que los mayores. «Yo he votado en tres elecciones anteriormente, pero esta es la más importante», dijo con seguridad a Sputnik.
«En esta elección hay otro clima, muy distinto a las votaciones presidenciales o parlamentarias. Acá no se habla de derecha o izquierda. Los chilenos estamos mirando más allá de nuestras ideas políticas para participar de un proceso transversal. Y eso es algo que me produce mucha alegría», señaló.
David tiene 51 años y es uno de los 138.381 ciudadanos chilenos de origen peruano con derecho a voto en el país, debido a que lleva 30 años residiendo en Chile. Contento, esperando en la fila para votar, explicó a Sputnik que le produce orgullo ver que la ciudadanía se comporta a la altura y con tradición cívica durante cada jornada de elecciones.
«En esta fiesta democrática, todos tenemos el derecho y el deber de participar. Sobre todo en esta elección, donde la idea es construir algo mejor para todos, porque ¡Chile despertó!», exclamó.
Esta es la cuarta vez de Pablo. Pero no de votar, sino de haber sido seleccionado como vocal de mesa para la recepción de los votos. Por su experiencia en elecciones, fue escogido presidente de su mesa en este plebiscito. El ciudadano explicó a Sputnik que la gente se comportó de manera muy respetuosa, sobre todo con las normativas sanitarias.
«Las personas se preocuparon de traer su propio lápiz, siempre estuvo con mascarilla y respetaron el distanciamiento social. Además, acá nosotros tenemos alcohol gel para desinfectar incluso, hasta los documentos de identidad», señaló.
La jornada se ha desarrollado con total normalidad. Hoy ha caído la Constitución de Pinochet.