Washington, D.C. – (Agencias) No es el primer presidente de los Estados Unidos en fracasar. Durante casi 30 años, el presidente en turno ha fracasado en su intención de detener el aumento desmedido de las medicinas, a pesar de tener un fuerte apoyo, escribe The Washington Post.
En agosto pasado, según The Post, un paciente diabético le decía al presidente Joe Biden, quien escuchaba atento, que el precio de la insulina, que lo mantiene vivo, había subido exageradamente en 10 años, de 39 de dólares en 2001 a 280 dólares hoy.
“El mismo frasco de insulina, con exactamente la misma fórmula”, dijo la paciente Gail deVoire al presidente.
Durante mucho tiempo, Biden había argumentado a favor de darle al gobierno un brazo fuerte que le permitiera frenar los precios de las medicinas. Ese día, prometió abordar el costo de la insulina como parte de un proyecto de gastos sociales ante el Congreso.
«Lo único que Medicare no puede negociar su precio es un medicamento de prescripción», dijo el presidente, «y ya es hora de que cambiemos eso».
Pero el proyecto de la Ley Build Back Better, o Reconstruir Mejor, que los demócratas pelean como su gran “Big Deal”, no cambiara la forma en que Medicare paga los medicamentos, al menos no bajo la explicación que dio Biden el jueves.
Los demócratas de izquierda, aliados de Biden y enfurecidos defensores, se sorprendieron ante la omisión de las negociaciones de los precios de las medicinas. Muchos de ellos piensan que es el mejor momento para lograr reducir los costos de las medicinas en el futuro.
La aparente incapacidad de un vehemente presidente y un Congreso demócrata para lograrlo es algo familiar en Estados Unidos. Durante 30 años, todos los presidentes han fracasado ante las grandes farmacéuticas.
Ahora parece que Biden se suma a la lista que encabeza Bill Clinton, seguido por George W. Bush, Barack Obama y Donald Trump. Todos prometieron acabar con el aumento de las medicinas y fracasaron, según The Washington Post.
Se estrellaron contra una industria con una bolsa muy grande, que ha gastado más de 1,000 millones de dólares en cabildeo y publicidad durante dos décadas, para hacer fracasar cualquier intento por controlar sus ganancias, según OpenSecrets, una ONG de transparencia gubernamental.
Por eso, según los expertos, los estadounidenses pagan el doble que los demás países desarrollados por las mismas medicinas.
«¿Es esto difícil? ¡Carajo! sí», dijo David Mitchell, un paciente de cáncer y fundador de Patients for Affordable Drugs Now (Pacientes por Medicinas Asequibles Ahora), que ha rastreado al menos 26.5 millones de dólares en gastos de cabilderos farmacéuticos para influir en este proyecto de ley de Build Back Better.
«No nos daremos por vencidos. Vamos a luchar hasta el último minuto posible», dijo.
Si no pasa algo extraordinario, Estados Unidos será el único caso entre las naciones occidentales ricas con un papel gubernamental tan escaso para fijar los precios que los costos que los consumidores pagan por los medicamentos son más altos que los demás países ricos, según The Washington Post.
Según un informe de Rand Corp este año, entre los medicamentos más caros se encuentran para enfermedades altamente mortales como la hepatitis C o el cáncer, y los pacientes tiene que decidir entre pagar los medicamentos u otras cosas prioritarias.
Aún las ONG en defensa de los precios de las medicinas y algunos legisladores demócratas insisten en que el proyecto pudiera incluir algún tipo de negociación sobre el precio de los medicamentos.
De acuerdo con varias personas involucradas, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, explora una medida más limitada y de último minuto tratando de salvar la promesa incumplida, una vez más, de un presidente.
