Nueva York, EUA. – (Agencias) El problema es real, hay una falta de chips en el mercado. La causa es sin duda la avalancha de productos que requieren un chip para funcionar.
Cristopher Belfi, supervisor en la planta de semiconductores GlobalFoundries, en Nueva York, empezó como técnico reparando el equipo automatizado que transporta obleas de silicio entre una maquina a otra.
Con el tiempo, llegó a supervisar el sistema automatizado que empujan miles de hilos a través de canales en el techo, con 25 discos brillantes cada uno, que alimentarán algún teléfono celular, un avión o la bolsa de aire de un carro.
Estos pequeños componentes, son el cerebro atrás de una gama cada vez mayor de productos que van desde cepillos de dientes hasta refrigeradores, desde aspiradoras hasta automóviles.
Pero también, productos tan disímbolos como llantas, timbre, y focos, ahora requieren chips para su funcionamiento.
Sin embargo, lo costoso de una planta de producción y el tiempo para fabricar un chip, se requieren tres meses se ha traducido en un desabasto ya crítico para muchas áreas.
La industria automotriz y a otros fabricantes tuvieron que declarar paros técnicos ante la escasez de chips.
Hay cientos de pequeñas empresas que diseñan chips por computadoras, pero a nivel mundial existen apenas una docena de grandes fabricantes, lo que deja a esas fabricas con una enorme presión.
Taiwán produce el 20% de los semiconductores del mundo y el 90% de los chips de más alta calidad, según The Washington Post.
A nivel mundial, Asía produce las dos terceras partes de los semiconductores. China es el gigante del área. Estados Unidos fabrica alrededor del 13%.
Para impulsar la producción en Estados Unidos, el Senado aprobó un paquete de subsidios federales por un total de 52 mil millones de dólares. Sin embargo, según The Washington Post no es suficiente.
GlobalFoundries, que es propiedad del gobierno de Abu Dhabi y tiene su sede en Malta, a 30 minutos al norte de Albany, es una de las principales fuentes de producción estadounidense.
La planta de Malta funciona las 24 horas del día, produciendo 500,000 intrincadas obleas de silicio al año que luego se cortan en chips individuales.
Para acceder a la planta, los empleados tiene que vestir un traje especial de protección, al que se le conoce como “traje de conejo”, al inicio de cada turno, para evitar que alguna pelusa o cabello afecten las obleas.
El proceso es delicado. Incluso, una pequeña partícula de polvo puede afectar el proceso de producción de los chips.
Al entrar a la fábrica, describe The Post, se escucha el zumbido permanente de los maquinas, que costaron 10 mil millones de dólares, y el cálido resplandor de la luz amarilla que protege a las obleas, sensibles a la luz común.
Los discos de silicio parecen espejos, de 12 pulgadas, brillantes y lisos cuando llegan a la fábrica. Tres meses después están cubiertos de miles de millones de transistores, los interruptores microscópicos que controlan las corrientes eléctricas y permiten al chip realizar tareas.
Durante el tiempo de producción, se ejecutan cerca de 700 pasos a través de los cuales se imprimen y se graban docenas de patrones uno encima del otro, siguiendo el diseño proporcionado por cada cliente.
Pero aumentar drásticamente la producción se necesitan construir nuevas fábricas. De acuerdo con la Asociación Mundial de Fabricantes de Semi Conductores (SEMI), se ha iniciado la construcción de 29 nuevas plantas en todo el mundo
China y Taiwán construirán más de la mitad de ellos, ocho cada uno, seguidos de seis en los Estados Unidos, tres en Europa y el Oriente Medio y dos en el Japón y Corea.
